Identidad: ¿Quiénes somos?

Por: Ana Vera Solórzano

Pensar y repensar nuestra identidad como habitantes de este territorio no es una tarea fácil porque implica vernos desde la historia: lo que fuimos e hicimos; mirar lo que tenemos hoy y proyectar lo que queremos ser. Más aún en una ciudad intermedia, como la nuestra, con un acelerado crecimiento poblacional experimentado en las cinco últimas décadas; alta migración rural urbana; activo potencial económico en actividades comerciales, de construcción, agricultura y ganadería, manufactura. A lo que debemos sumar su condición de ciudad de paso con una alta población flotante.

El presente análisis no pretende resolver este tema, pero sí, dar elementos para vernos, identificarnos y reconocernos; en este entorno físico y social que va construyendo algunos comportamientos colectivos que le van dando un carácter activo a nuestra identidad.

Identidad

Lo primero será hablar de nuestra historia. ¿Nos reconocemos en ella? ¿Cuánto sabemos de ella? ¿Qué referentes tenemos de nuestra historia como ciudadanos? ¿Cómo nos identificamos con la Nacionalidad Tsáchila? Dentro de este aspecto histórico un elemento importante es la migración. ¿Cómo esa migración ha incidido en la gastronomía, lenguaje, las relaciones sociales, el comportamiento colectivo?

Un segundo elemento está marcado por constituirnos en una Ciudad de paso debido a la ubicación geográfica que une Costa con Sierra. El ser una ciudad de paso qué oportunidades y conflictos nos generan hoy. ¿Cómo el ser una ciudad de paso define ciertos aspectos de nuestra identidad y comportamiento colectivo?

Un tercer elemento es la relación campo-ciudad. Existe una ambivalencia en la relación campo ciudad. No terminamos de entender nuestra configuración rural urbana, entre otros elementos porque existe una cercanía marcada entre el campo y la ciudad. Hay una relación marcada con la pertenencia al campo o con la naturaleza ¿Qué hacemos un sábado o domingo: ¿Vamos a ríos, fincas? ¿Cómo entendernos en esta contradicción rural-urbana?

El cuarto elemento es el crecimiento sin control y desorganizado que como lo afirma el historiador Víctor Hugo Torres desbordó a la política pública.

Metodología

Con estos antecedentes quisiera recoger algunas ideas que históricamente se repiten en conversaciones sobre la ciudad, en mesas redondas, foros, realizados sobre Santo Domingo su historia e identidad. Mismas que también están basadas en una breve encuesta realizada a 30 personas. En edad promedio de 30 a 50 años. Planteada a personas que viven en Santo Domingo y a otros que habitaron un tiempo y luego migraron. Las preguntas fueron: ¿Cuál es el imaginario que tienen sobre la ciudad? ¿Cuál es el imaginario que tienen de sus habitantes y ¿conocen algún comportamiento común entre sus habitantes? Aquí algunas de las conclusiones:

Conflicto con nuestra identidad. Estamos frustrados con esa afirmación de no tenemos identidad. No sentimos pertenencia con la ciudad. Esta frase está íntimamente ligada al hecho de que somos una población de migrantes y que por lo tanto quienes llegaron a colonizar estas tierras sentían más pertenencia por su lugar de nacimiento que por esta ciudad. Algunos de los elementos que marcan este hecho es que en la ciudad se conformaron colonias de manabitas, lojanos, carchenses, etc, que se unificaron para mantener viva la cultura de cada una de estas provincias. El sentimiento de migrante marca una ambivalencia entre la nueva tierra y la que me vio nacer y crecer, este es un elemento importante de tomar en cuenta porque de una u otra manera va marcando los sentidos de pertenencia y de desarraigo. La ausencia de pertenencia e identidad también está íntimamente ligada con la frase no tenemos algo que nos identifique a todos. Solo el hecho de vivir en la misma tierra de compartir el espacio físico nos debiera identificar, sin embargo una de las frases que hemos repetido con frecuencia y que se ha convertido en parte de nuestro imaginario es que no tenemos nada que nos identifique, porque al tener tanta diversidad no encontramos un elemento identitario.

Las afirmaciones anteriores tienen relación con esta que escuchamos con frecuencia: Tierra de nadie. La falta de un sentimiento de pertenencia con el territorio genera de alguna manera ese quemeimportismo por la ciudad y por lo que en ella pase. Yo, al margen del colectivo. Hago lo que me parece sin respetar normas, ni reglas. Sin embargo las nuevas generaciones tienen un sentimiento distinto por la ciudad en relación a quienes llegaron habitar esta tierra. El sentimiento tierra de nadie, y, no me importa la ciudad ni lo que en ella pase, no tiene ya la misma connotación en quienes han nacido en Santo Domingo.

Somos alegres, amables, nos gusta vivir bien. En las encuestas realizadas el 85% afirma que la gente de Santo Domingo es alegre, por ejemplo le gusta celebrar todo, vestir colores vivos. Le gusta vivir bien está relacionado con contar con un buen celular, tener electrodomésticos de última tecnología, aunque tenga que vivir en una casa de caña y junto a una quebrada.

Noveleros, supersticiosos. Cualquier cosa que se comercialice aquí se vende, porque se vende… Para propios y foráneos este es un dicho muy conocido y que se relaciona con la actividad comercial diversa e informal que tiene Santo Domingo. Por otra parte, la creencia en brujos y magia para curar cierto tipo de enfermedades, pero también para atraer la suerte y el amor.

Tierra de oportunidades. Santo Domingo es una tierra de emprendedores, destinada a la actividad comercial, pero también agrícola y ganadera. La presencia de una decena de bancos privados nacionales y de más de 25 cooperativas de ahorro y crédito que trabajan con pequeños y micro empresarios inyectando capital en sus actividades comerciales tanto formal como informal, demuestran la gran actividad económica y comercial del cantón.

Aporte

Finalmente me parece que la academia, los medios de comunicación, en especial Diario La Hora en estos 24 años de vida en el territorio y el esfuerzo de los gobiernos locales han sido importante a la hora de poner sobre el debate el tema. Sin embargo hay que profundizar mucho más para que las nuevas generaciones puedan contar con los referentes identitarios que les permita identificarse y reconocerse con el territorio y entre sí.