Solo en el último año se perdieron más de 42.000 empleos en el sector agrícola, pero no existe un plan de reactivación

IMPORTANCIA. La agricultura es el primer empleador de la economía ecuatoriana.
IMPORTANCIA. La agricultura es el primer empleador de la economía ecuatoriana.

El agro emplea al 27% de las mujeres y al 31% de los hombres en el país; pero continúa a la deriva. No es prioridad ni en los discursos ni en las leyes económicas urgentes.

En el último año el número de ecuatorianos con empleo en el sector agrícola pasó de 2’475.165 a 2’432.717. Es decir, en 12 meses, se perdieron 42.488 puestos de trabajo; según la última encuesta anual de Empleo, Desempleo y Subempleo.

El sector agrícola es el que más empleos ha perdido, incluso superando a la industria (-40.527), el comercio (-21.426), la administración pública (-19.194) y los servicios financieros (-5.299).

Antes de la pandemia, la informalidad representaba el 68,9% de la economía rural; pero en 2023 llegó al 74,4%.

El deterioro es evidente en el agro, que no solo necesita inversión inmediata; sino también un plan a 10 años para aumentar la productividad de los sembríos, incentivar la asociatividad entre pequeños y micro productores, entre otros temas. Caso contrario, desde la ruralidad seguirá saliendo un buen porcentaje de los migrantes internos y externos del país”, puntualizó Carlos Córdova, economista y pequeño empresario del campo.

Si se toma en cuenta los datos del Ministerio de Trabajo, desde enero de 2020 hasta la primera mitad de febrero de 2024 se firmaron 186.888 contratos de trabajo en el sector agrícola, pero se finiquitaron 525.689.

Así, el efecto neto es una pérdida de 338.801 empleos formales en un poco más de 4 años.

La prioridad debería estar en el agro

A pesar de la crisis, el 27,7% de mujeres y el 31,7% de los hombres con empleo está en la agricultura. Además, como recientemente resaltó la ministra de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, Sonsoles García, las exportaciones de productos agrícolas y agroindustriales aumentaron 13% en 2023.

El campo ecuatoriano tiene un enorme potencial que sigue sin ser aprovechado. Se necesita un plan a por lo menos 10 años, donde no solo se establezcan prioridades de inversión en las provincias más pobres y agrícolas, sino también un plan de cómo aprovechar las oportunidades que se abren con los acuerdos comerciales ya ratificados con China y Costa Rica, y por ratificar con Corea del Sur.

Por ejemplo, de acuerdo con el Banco Central del Ecuador, las exportaciones al mercado chino podrían incrementarse en un promedio anual del 8,4% hasta 2030, con un impacto de 0,5% adicional en el crecimiento económico.

Los productos agrícolas y agroindustriales son los que más potencial de crecimiento tienen en ese mercado. Las exportaciones chilenas y peruanas aumentaron entre 20 y 11 veces respectivamente, luego de concretar un tratado comercial con China.

Ecuador debería contar con una estrategia comercial ofensiva, para que nuevos productos ecuatorianos lleguen al mercado chino, y una agenda defensiva, para precautelar los intereses y el empleo en los sectores que pueden ser sensibles.

Se deben impulsar programas de asistencia y capacitación para que los emprendedores, sobre todo los más pequeños, aprendan temas básicos. Por ejemplo, cómo registrarse como proveedor o cómo hacer y recibir pagos a través de alibaba.com.

Además, como analizó LA HORA, el acceso a financiamiento es vital para que las microempresas agrícolas puedan crecer y exportar a mercado donde les puedan pagar más por sus productos. (JS)

Aprender y replicar programas exitosos

El programa Reactivación del Ecuador Agroalimentario (CREA), que cuenta con financiamiento de la Unión Europea (UE), ya ha conseguido resultados importantes con 38 Mipymes y 24 organizaciones de productores.

Se ha logrado posicionar productos agrícolas en Europa, con todos los estándares de calidad. Además, han participado en ferias en Alemania, Países Bajos, Bélgica, Italia, entre otros.

Más allá de las exportaciones tradicionales de plátano, banano, café y cacao, se ha identificado un potencial importante de crecimiento en otros productos como aguacate, guanábana, guayusa, quinua, entre otros.

Este tipo de oferta no tradicional está vinculada a zonas con alta informalidad y pobreza como la Amazonía, y a provincias de la Sierra como Chimborazo y Cotopaxi.

El CREA se mantendrá en operación hasta diciembre de 2025, y aunque está enfocado en el mercado europeo, los conocimientos y experiencias acumuladas se pueden replicar para impulsar las exportaciones hacia los mercados en donde se van concretando nuevos acuerdos comerciales.

La idea no es solo vender producción primaria, sino también elaborar productos con valor agregado. En este esfuerzo también se puede incluir todo lo que se ha avanzado en el ecosistema de los superalimentos ecuatorianos

Eliminar intermediarios y sustituir importaciones

De lo poco que se sabe sobre las metas del actual ministro de Agricultura, Danilo Palacios, está el plan (todavía no explicado) para conectar a los productores agropecuarios directamente con los mercados internos, que incluyen a la industria y los supermercados.

Otro punto clave es la sustitución de importaciones. Así, por ejemplo, la idea es unir fuerzas con los panificadores para ver cómo sustituir la importación de harina por producción totalmente nacional. Actualmente, el 100% de la harina que usan los panificadores viene de fuera.

Por otro lado, ya se ha anunciado, de la mano de Cervecería Nacional como empresa ancla, que se pondrá en marcha un plan para dejar de importar cebada para la industria cervecera en 2030.

Para eso, se necesita sembrar más de 20.000 hectáreas con cebada maltera. Esto generaría 175.000 empleos en el campo.

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