“Padre no es el que engendra, es el que cría” Henry Quezada, un padre de corazón

“Padre no es el que engendra, es el que cría” Henry Quezada, un padre de corazón
HIJOS. Henry Quezada, junto con sus tres hijos.

Criando a tres hijos, dos niñas y un niño, Henry Quezada es el claro ejemplo de que para ser papá se requiere de constante presencia, mucho más que ser genéticamente compatibles.

Más que ser padres de sangre, los verdaderos padres son aquellos que te crían desde el corazón, los que asumen el papel que genéticamente no les tocó pero que tomaron la decisión de hacerlo. Este fue el caso de Henry Quezada, pasajeño que asumió el rol de padre de tres hijos, y que hasta la fecha se encuentra presente en la vida de ellos, a pesar de las adversidades de su relación pasada.

Fue hace más de once años que Henry conoció a su pareja de ese entonces, la cual criaba a tres menores de edad, uno de ellos con padre mayormente ausente. Después de dos años de relación contrajeron matrimonio y se fueron a vivir a la ciudad de Machala, con el fin de empezar una familia, alejada de los malos comentarios que algunas personas cercanas hacían ante la compleja situación que se encontraba Henry.

“Padre no es el que engendra, es el que cría” Henry Quezada, un padre de corazón
PADRE. Henry Quezada, un padre de corazón.

Sin embargo, para él nunca fue un problema, puesto que, al no poder tener hijos, Henry lo veía como una experiencia totalmente emocionante, sobre todo con el menor de ellos.

“Fue las ganas de tener familia lo que me motivó a asumir el papel de padre, porque yo me crie sin mi padre y no tengo madre. A los 25 años, cuando tuve una mujer, intentamos tener hijos, pero nada. Me hice exámenes y el problema era yo. Siempre quise formar un hogar y cuando se me dio la oportunidad, la aproveché” comentó el padre.

Es así como poco a poco, Henry se ganó el amor de los niños, creando un vínculo único al hacerse cargo de actividades que un padre normalmente debería realizar, sin poner límite alguno.

“Si era de llevar a las niñas al colegio de mañana, las llevaba y las traía. Igual con el niño, le hacía el desayuno y lo llevaba. También en el hogar compartimos mucho, a veces cocinaba ella (la mamá), o cocinaba yo, nos íbamos de viaje y así”, dijo.

El vínculo con los hijos era totalmente sano, puesto que nunca existió, por parte de los hijos, algún límite entre las relaciones. No obstante, la convivencia con los padres biológicos de los niños era complicada, en especial con el menor de ellos, ya que el progenitor de este no tenía la mejor disposición.

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CONVIVENCIA. La convivencia de Henry con sus hijos siempre ha sido sana.

“Con el papá del niño, no es que no me lleve, sino que no tanto, solo es de ‘Hola y chao’, porque tiene una actitud un poco pesada y es bravo, pero sabe pasar más tiempo en el extranjero, por eso no hay tanta relación. Pero con el papá de las niñas, sí”, comentó.

A pesar de esto, la relación de Henry con sus hijos no se veía afectada, ya que el constante apoyo en los momentos más difíciles y la celebración de los momentos más alegres fue la razón principal por la que ese vínculo era más fuerte que cualquier lazo sanguíneo.

“No hay una palabra para definir la paternidad. Para mí es como ser padre verdadero, estaba en las buenas y en las malas, yo no les falté para nada. Siempre fue como una familia», exclamó.

Por ello, los logros que ellos alcanzaban siempre hacían que Henry se llenará de orgullo ante estos, puesto que los sentía como propios. Cuando conseguían una meta académica, en cumpleaños, partidos de tenis y demás. Henry siempre se sintió alegre de todos ellos.

“Los momentos que más me han llenado de orgullo fue cuando las niñas se incorporaron en el colegio, también cuando cumplieron los quince años, me gustó mucho estar presente. Cuando Samuel jugaba partidos, cuando ganaba, los diplomas que recibía por mejor alumno, deportista y así. Cada mes traía diferentes diplomas. Hay muchas cosas que me hacen sentir orgulloso. Tendría que retroceder el cassette para acordarme de tantas cosas” expresó Henry.

Actualmente, él se encuentra en constante presencia con sus hijos gracias a la tecnología, ya que, a las niñas seguir su carrera universitaria en diferentes lugares y el menor residir en el extranjero, las visitas no son tan seguidas como solían serlo, pero el amor que se sembró es el que hace que esta relación continúe siendo inquebrantable.

“Padre no es el que engendra, es el que cría” Henry Quezada, un padre de corazón
LOGROS. El padre ha estado junto a sus hijos en los momentos más importantes.

“Para mí fue una bonita experiencia y me llenó de orgullo porque me sentí un padre y te deja marcado, como una huella que no puedes sacar, no es tan fácil. Tú puedes tener muchas cosas en contra, incluso hasta la propia familia que te dice que ya te olvides, que eso pasó, pero no es así, te deja bien marcado. Sobre todo, si has hecho un buen trabajo. Padre no es el que engendra es el que cría, así que espero que los futuros padrastros lo intenten porque es una bonita experiencia”, expresó.

EL DATO

Estudios psicológicos revelan que la ausencia de una figura paterna en el crecimiento de los niños puede derivar a consecuencias como: baja autoestima, problemas de conducta, emocionales, entre otros.