Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y Del Golfo serían los carteles que operan en el sistema penitenciario. Si el Estado no toma medidas, la violencia se trasladará a las calles.
La masacre en cuatro cárceles del Ecuador, ocurrida el 23 de febrero, refleja “un alto nivel de corrupción del sistema penitenciario y el poder del narcotráfico dentro y fuera”, dice el coronel Mario Pazmiño, exdirector de inteligencia del ejército.
El experto en seguridad califica al narcotráfico como el detonante principal de la crisis penitenciaria. “Las ‘megabandas’ que están dentro de las cárceles pertenecen a los carteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y Del Golfo que tienen relación, yo diría directa, con algunos de los grupos o ‘megabandas’ de los centros carcelarios”.
Las tres organizaciones mencionadas son originarias de México y se dedican al narcotráfico y tráfico de armas.
Pazmiño detalla que se ha identificado tres acciones concretas que realizan dentro de las cárceles:
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Control territorial a sangre y fuego.
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Eliminación de competencias en el narcotráfico.
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Ajuste de cuentas por el asesinato de ciertos elementos de estas organizaciones delictivas.
El rol del Estado
Para que el control gubernamental regrese a los centros carcelarios, indica Pazmiño, es necesario abanderarse de una lucha fuerte contra el narcotráfico.
“Esta situación de las fronteras abiertas, la falta de un control adecuado en los pasos fronterizos, los diferentes pasos clandestinos y analizar la penetración permanente de las estructuras de narcotráfico y narcoterrorismo en las provincias de Esmeraldas y Sucumbíos”, dice Pazmiño, es hacia donde el Gobierno y sus fuerzas del orden deben llegar.
Ecuador no es solo país de paso
Según el artículo publicado en 2019 por ‘Insight Crime’, más de un tercio de la producción de cocaína de Colombia llega a Ecuador. La sustancia sale por vía aérea y marina y llega a todo el mundo: Estados Unidos, Europa, Asia y hasta Oceanía.
El tema es amplio y requiere “del cambio de un sinnúmero de leyes”, agrega Pazmiño, pero señala que el primer paso que este y el próximo Gobierno debe dar es “quitarse ese velo de desinformación que se tiene con relación de que seguimos siendo un país de tránsito”. “¡No señores!, ya no somos un país de tránsito, desde hace muchos años atrás. Somos un país de acopio de plataformas internacionales de difusión”.
La preocupación hoy es que más adelante Ecuador se convierta en un procesador de droga, tras el reciente descubrimiento de un campamento con pistolas, municiones, radio motorola, chalecos, un fusil y 10,7 kg de marihuana, en Sucumbíos, el pasado 12 de febrero. “Tenemos un problema mucho más grande de lo que se pueden imaginar las autoridades”. (AVV)
“¡No señores!, ya no somos un país de tránsito. Somos un país de acopio de plataformas internacionales de difusión”.
Coronel Mario Pazmiño, exdirector de inteligencia del ejército.
Familiares de los presos asesinados en cuatro cárceles del país realizarán una marcha hoy, en Quito.
La violencia puede trasladarse a las calles
“La cárcel es el reflejo de la sociedad que construimos”, dijo Guillermo Sanhueza, doctor en Trabajo Social y Sociología de la Universidad de Michigan, durante una entrevista.
Y es que la crisis carcelaria, sin una reacción estatal urgente, se trasladará a las calles, menciona el coronel Mario Pazmiño, exdirector de inteligencia del ejercito.
“Vamos a encontrar acciones y situaciones de violencia extrema en las ciudades”, indica Pazmiño, pues las motivaciones de los cárteles de narcotráfico buscarían “a cualquier costo” tomar espacios de corredores de movilidad y abastecimiento ocupados por otras organizaciones.
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