El metro es una solución para viajes largos y sin estrés

Exploramos las experiencias de María, Andrés y Lisbeth con el Metro de Quito, revelando tanto los beneficios transformadores como las limitaciones de este nuevo medio de transporte.

En medio del bullicio cotidiano y el tráfico que caracteriza a la ciudad, María Sánchez decidió aventurarse en el Metro de Quito, para averiguar si lo que dicen de su eficiencia es cierto.

Se embarcó en un viaje desde la estación La Carolina hasta San Francisco, dejando que el metro se convirtiera en su aliado para evadir la rutina diaria y desplazarse hasta su trabajo más rápido.

“Soy vendedora en una tienda de ropa en el centro; antes me tomaba hora y media en llegar desde mi casa y ahora me traslado en 12 minutos” aseguró.

El Metro de Quito cuenta con 15 estaciones, y desde la Carolina hasta la estación San Francisco hay cuatro paradas intermedias: Pradera, Universidad Central, Ejido y Alameda.

En los buses de la Ecovía el movilizarse no era tan complicado antes del metro, pero se demoraba 30 minutos y “me daba miedo caminar desde La Marín; tenía que subir agarrando todas mis cosas y viendo a todos lados para evitar ser robada”, señaló.

Ahora, esa hora y media que demoraba antes, puede aprovecharla para ver una serie y compartir con su familia. Añade que, además, “el viaje ya no es tan cansado”.

A su juicio, el costo del pasaje ($0,45) le parece adecuado para trasladarse sin inconvenientes, pero, según la mujer, es un poco complicado si no obtienes antes la tarjeta ciudad, ya que las personas hacen filas hasta una hora para pagar el pasaje.

Viajes de sur a norte

Andrés Oñate, un continuo usuario del Metro de Quito, comparte su experiencia y perspectiva sobre el sistema de transporte.

Con su bicicleta como medio de movilidad principal, Andrés utiliza el metro especialmente para viajes largos que involucran el paso por el Centro Histórico.

Asegura que la vía exclusiva del transporte municipal junto con la compleja geografía del sector hacen que pasar por esa zona sea engorroso, además de que las unidades de la Ecovía y del Trolebús suelen ir muy despacio.

Más allá de la reducción del tiempo de viaje, Andrés destaca la importancia de la calidad de vida en sus desplazamientos.

La comodidad, la ausencia de frenazos, semáforos, calor sofocante y el estrés asociado al tráfico de la superficie son factores determinantes para elegir el metro.

Además, la posibilidad de no llegar exhausto al destino se convierte en un aspecto fundamental que influye en la elección del medio de transporte.

Por su parte, Jorge Ramos explica que desde la estación Morán Valverde hasta el Ejido demora de 10 a 15 minutos.

Aclara que él utiliza la tarjeta ciudad, por lo que el embarque es mucho más rápido y se ahorra bastante tiempo en el desplazamiento.

Asegura que el tiempo que ahorra lo utiliza para descansar. (EC)

No es práctico para todos

Lisbeth Villarreal ha experimentado el novedoso sistema del Metro de Quito en dos ocasiones, en un trayecto que va desde El Labrador hasta el Seminario Mayor.

Y aunque la propuesta de movilidad urbana ha despertado su interés, comenta que en realidad, el metro no ha cambiado significativamente su rutina diaria, ya que para llegar a El Labrador desde su casa, aún debe tomar otro autobús.

Aclara que este proceso prácticamente le toma el mismo tiempo que utilizar el trolebús.

En medio de una risa, Lisbeth revela: «Además, es más costoso el pasaje porque debo pagar dos veces; por eso no lo uso muy seguido». Y no es la única persona que piensa que la eficiencia del metro se ve opacada por la realidad económica que implica abordar otro transporte para llegar hasta la estación inicial.

«Tal vez si tuviera estaciones más cercanas, sería factible«, comenta Lisbeth con un dejo de esperanza.

La idea de paradas más accesibles parece ser la clave que haría que el Metro de Quito sea una opción más atractiva para ella y otros ciudadanos. Esto porque el deseo de una mayor comodidad y accesibilidad se revela como un factor determinante en la elección del transporte.

Las personas ahorran hasta la mitad del tiempo al transportarse en el Metro de Quito.