Ecuador tiene la segunda tasa de desnutrición infantil más alta de la región, detrás de Guatemala.
La desnutrición crónica infantil afecta a uno de cada cuatro niños menores de 5 años en Ecuador, según datos de Unicef. Esta es una deuda que el Estado no ha podido saldar desde 1986, cuando el país enmarcó a la desnutrición infantil como un problema de salud pública. En ese entonces, el 41% de los infantes, de entre 0 y 5 años, presentaba malnutrición.
Entre 1990 y 2011 el índice bajó a 24%, según el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES). Actualmente, está en 24% en menores de 5 años y 27,2% en menores de 2 años. Es decir, en 30 años, la brecha no ha disminuido.
Impacto a largo plazo
Unicef indica que la desnutrición infantil repercute en la productividad del país y tiene un impacto a lo largo de la vida. Además, no permite el pleno desarrollo de un infante.
“Los niños que la padecen (desnutrición) tienen más probabilidades de convertirse en adultos de baja estatura, obtener menos logros educativos y menores ingresos económicos durante su edad adulta”, destaca Unicef.
Además, cuando un niño padece desnutrición crónica en los primeros 2 años de vida y aumenta de peso rápidamente durante su crecimiento, corre más riesgo de contraer enfermedades crónicas en el futuro, como hipertensión arterial, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
“La desnutrición crónica infantil es un problema que no se ve a simple vista. Al no verse, no se ha atendido debidamente. Y en el área rural se ve menos”, explica Joaquín González-Alemán, representante de Unicef en Ecuador, el segundo país con más casos en la región, después de Guatemala.

Gastos adicionales por malnutrición
A los efectos físicos de la desnutrición infantil también se suman efectos negativos en el desarrollo cognitivo, en el ingreso tardío al sistema educativo y mayor deserción escolar.
Esta condición no solo afecta en lo personal, sino que conlleva gastos asociados, explica Unicef. Se estima que los costos de la malnutrición representan un 4,3% del PIB de Ecuador, en términos de costos de salud, educación, cuidado y pérdida de productividad.
¿Qué se debe hacer?
En entrevista con LA HORA, Carmen Burbano de Lara, directora de Alimentación Escolar del Programa Mundial de Alimentos (PMA), de las Naciones Unidas, dijo que una de las medidas para erradicar el hambre es implementar ciertos programas, como agrícolas -para apoyo a pequeños productores- y nutrición.
“Programas que apoyen a las comunidades para aumentar su producción de alimentos y su autosuficiencia. Sí, se necesitan programas de largo plazo, pero en este momento se necesitan programas de emergencia”.
Burbano resaltó que hay una experiencia interesante, sobre todo en provincias del norte (Imbabura, Carchi, Sucumbíos), donde “hemos apoyado a gobiernos locales a implementar un modelo que conecta la alimentación escolar con la producción de pequeños productores”. (AVV)

“Entre 2014 y 2018 en Ecuador se incrementó la desnutrición crónica infantil de 24,8% a 27,2% en menores de 2 años”.
Unicef
El 12 de mayo de 2021, Ecuador se unió al Movimiento para el Fomento de la Nutrición (SUN, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas.
Desnutrición crónica infantil en Ecuador
Ecuador es el segundo país de la región con la tasa más alta de desnutrición infantil, después de Guatemala.
1 de cada 4 niños ecuatorianos (menores de 5 años) tiene problemas de desnutrición.
La desnutrición crónica en menores de 2 años aumentó entre 2014 y 2018, de 24,8% a 27,2%.
Los gastos asociados a la malnutrición -como salud, educación y pérdida de productividad- representan el 4,3% del producto interno bruto (PIB).
Fuente: Unicef / Ensanut (2018)
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