Fausto Salinas fue posesionado oficialmente como comandante general de la Policía Nacional

Guillermo Lasso, presidente de la República.

“¿Es que acaso no debía haber detenciones en medio de tanto cometimiento de delitos?”,  preguntó Patricio Carrillo. “Se reclama integración, pero cuando se viola la ley se reclama  impunidad y amnistías”

Guillermo Lasso, presidente de la República,   posesionó hoy, 6 de julio de 2022, oficialmente en su cargo a Fausto Salinas, como comandante general de la Policía Nacional tras su designación el  5 de mayo.

Durante una ceremonia en la Escuela Superior «Alberto Enríquez Gallo», el mandatario  agradeció a la Policía Nacional por “defender la democracia, la paz y el estado de derecho en el Ecuador” durante los 18 día de paro nacional protagonizado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE),  por lo que aseguró que ha quedado demostrada la necesidad de tener instituciones fuertes con alto sentido patriótico y buena capacitación profesional.

Destacó que durante las manifestaciones, las  acciones policiales fueron ejemplares pues repelieron a los violentos sin usar armamento letal, ni perdigones.

Sin embargo lamentó que producto de estos hechos,  248 uniformados  resultados heridos y nueve secuestrados, así como varios bienes destruidos.

Para Lasso, el reto de la  Policía es seguir enfrentando al crimen organizado, al narcotráfico, a la minería ilegal,  y el tráfico ilegal de personas,  e insistió en que su administración invertirá en la entidad  1.200 millones  de dólares. 

El presidente  volvió a criticar que el paro nacional  dejó pérdidas por más de mil millones de dólares ocasionadas por acciones violentas e injustificadas.  Solo en producción y exportación de petróleo se han perdido 260 millones de dólares. 

A su turno, Patricio Carrillo, ministro del Interior, defendió el accionar de la Policía  durante la movilización, y dijo que en democracia nadie debe tener autorización para provocar el caos y peor pretender reinar con violencia en una justificada protesta por sus causas, pero deslegitimada por sus acciones e intenciones.

“Hoy, dependiendo de las visiones ideológicas se cuestiona actuaciones ¿es que acaso no debía haber detenciones en medio de tanta comisión de delitos?”, preguntó Carrillo. “Se reclama integración, pero cuando se viola la ley se exige impunidad y amnistía”.

Adelantó que trabajarán en procedimientos para que una demanda insatisfechas no pueda volver a caotizar, ni se ponga en riesgo la vida, la salud y el bienestar de comunidades enteras por el desabastecimientos planificados de productos vitales hacia las ciudades.


«No es un acto generoso de los manifestantes otorgar salvoconductos; eso es delito, y una Nación concebida en principios, derechos y obligaciones no lo puede volver a permitir», señaló, tras exhortar a  las autoridades judiciales a investigar esos hechos «con transparencia».

El secretario de Estado consideró que lo «verdaderamente complicado e inquietante» en las manifestaciones es que los uniformados son los que heredan las cicatrices de un conflicto social. «Es hora de que levantemos la voz para velar por los derechos humanos para policías y militares porque es pueblo que cumple con su misión, pero lo cumple en un ambiente asimétrico». 

Misión constitucional

En su discurso, Fausto Salinas, agradeció  a los miembros de la institución por su labor durante las protestas del pasado mes de junio, y haber sido firmes en la defensa de la democracia y la protección de la vida e integridad de los ecuatorianos.

«Así lo demostramos en las últimas protestas con valentía, con profesionalismo, con prudencia, con respeto a los derechos humanos; enfrentamos a los infiltrados violentos que buscaban romper el orden democrático, pero los policías no lo permitiremos porque tenemos un juramento y una misión constitucional que nos obliga a cumplir el deber inclusive en las circunstancias más extrañas», dijo Salinas.  (SC)