Detenidos por pornografía infantil continuaban su ‘negocio’ desde la cárcel El Rodeo, en Manabí

SEGURIDAD. Pese a las declaratorias de emergencia, en las cárceles siguen existiendo amotinamientos e ingreso de objetos prohibidos.
Luis Washington Ordóñez buscará mantener el control de los centros penitenciaros

La falta de control sobre el ingreso de objetos prohibidos en las cárceles deriva en que detenidos por pornografía infantil sigan con su ‘negocio’.

A pesar de estar detenidos y encarcelados, los integrantes de una red internacional de pederastas continuaba operando en la cárcel El Rodeo, en Manabí, desde donde se producía y vendía pornografía infantil.

El hecho se develó en mayo de 2023, cuando la Unidad de Investigación de Delitos Transnacionales (Unidt), determinó que dos holandeses y una bielorrusa, quienes fueron detenidos en 2022, por ser parte de una red acusada de pornografía infantil, continuaban cometiendo este delito desde la cárcel. Es así que se ordenó su traslado a otro centro de privación de libertad en Guayaquil.

Durante la investigación de esta banda, cuyas operaciones tienen ramificaciones en Ecuador, Brasil, Estados Unidos, Argentina, Panamá, Paraguay y Costa Rica, los investigadores encontraron más de 500 archivos de material audiovisual que vinculan a los procesados. Eso se entregó a la Función Judicial.

Material en redes sociales 

Por medio de un monitoreo en redes sociales, las autoridades hallaron que los miembros de esta red  seguían difundiendo material pornográfico.

Esto hizo que se allanara la cárcel El Rodeo, donde se encontraron teléfonos celulares que tenían las IP que acogían el material pornográfico infantil.

Aprovechan la pobreza

Según las investigaciones, los extranjeros se ubicaron en Canoa (Manabí) desde 2021. En ese lugar abordaban a menores para grabar el material, producirlo y comercializarlo.

Los pederastas ofrecían a los padres de los niños dinero, alimentos, ropa y juguetes. Luego de que se ganaban la confianza de los adultos, llevaban a los niños a un hotel y grababan las imágenes. En 2022 fueron detenidos.

Ana Soledad Méndez, psicóloga infantil, señala que estas redes escogen poblados en los que la gente tiene pocos recursos y “el Estado regresa a ver muy poco”, para así cometer estos delitos. “Se aprovechan de la pobreza y del desinterés de las autoridades”, confirma.

“Los niños vulnerables son más propensos a ser abusados de todas las formas”, agrega Méndez, quien recuerda el caso del falso sacerdote que ofrecía comida a niños de escasos recursos del Centro Histórico de Quito y abusaba de ellos.

Cárceles sin control

Andrés Olmedo, master en seguridad informática, señala que es alarmante que una red de pornografía logre operar desde la cárcel. “Es un claro ejemplo de que no hay inhibidores de señal, menos control de lo que ingresa o lo que se genera desde adentro”, dice.

Aunque el Gobierno resalta que se realizan controles, las requisas siempre son iguales: adentro hay armas de todo tipo y tamaño, celulares, dinero, drogas y hasta mascotas.

En 2022, Nelsa Curbelo, quien fue directora de la Comisión de Pacificación, señaló que no está funcionando el control del ingreso de armas. “Nosotros hemos visto las armas dentro de la cárcel, y no cualquier tipo de arma”.

El último ejemplo de que la situación en las cárceles no ha cambiado fue lo sucedido entre el 7 y 8 de junio de 2023. En el primer día, en la cárcel de El Inca, en el norte de Quito, se decomisaron armas, drogas, teléfonos y dinero. 24 horas más tarde, 64 presos protagonizaron un amotinamiento exigiendo ser trasladados a Esmeraldas. Para esto tomaron como rehenes a cuatro abogados. (AVV)