POR: Manuel Báez R.
Los medios de comunicación a nivel nacional nos dan cuenta que estas elecciones tienen una serie de modalidades con relación a eventos anteriores, entre ellos la excesiva cantidad de postulantes especialmente para Alcaldías.
Imbabura, particularmente Ibarra, no es la excepción, pues aquí se estructura un verdadero desconcierto dentro de la masa electoral.
El sentimiento ecuatoriano es sensible por naturaleza, más aún tratándose de un acto eminentemente cívico, tiene el pecho de bronce y unas manos de marfil; pero el alma se estremece y el corazón sigue siendo noble como la justicia que es un deber.
Aunque parece que se encadena el tiempo al compás de las políticas que van entregando muchas aflicciones en lugar de buenas propuestas; son los lamentos que vienen con el viento trayendo solo tristeza y desolación que a todos nos llama la atención, hasta nos horroriza todo el cuadro que nos presentan, con pretexto de la administración pasada que deja todo en mal estado, nos relatan las amargas penurias como si fuera un delicado toque de una lamentable situación.
No, las propuestas amargas deben ser frontales y cargadas de mucha esperanza, solo así conseguirán lo que buscan que es el voto en las urnas el 24 de marzo.
No sé lo que vendrá en las elecciones, porque tampoco soy adivino, pero seremos firmes en este camino electoral hasta conocer la ley de este destino, porque así en el cortinaje que en esta oportunidad electoral la situación determina.
Encima de eso, por ahí circula una campaña para el voto nulo en la elección del Consejo de Participación Ciudadana. A este respecto diremos que hay que elegir a ciudadanos competentes y que tengan una mentalidad clara que piense solo en beneficio del país.