¡Tome su asiento!

Rosalía Arteaga Serrano

Una de las reglas de cortesía, bastante enraizada, sobre todo en sociedades tradicionales, es la de que el hombre le ofrezca una silla o un asiento a la mujer.

Sin embargo, cuando las mujeres decidimos ser partícipes, de no quedarnos a la espera de que las cosas sucedan sino hacer que acontezcan, tampoco podemos esperar a que nos ofrezcan un asiento: simplemente lo tomamos.

La reflexión viene dada por la actitud de Shirley Chilsom, la primera mujer negra que ganó un escaño en el Congreso de EE.UU. en 1968, cuando definitivamente supo cómo ocupar un lugar: tomar asiento en un espacio que, anteriormente, estaba reservado para hombres blancos.

Pero también esta reflexión la consideramos oportuna cuando nos aprestamos a conmemorar el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, dedicado precisamente a celebrar las actitudes de mujeres valerosas que lucharon por sus derechos e hicieron escuchar sus voces.

No fue fácil, la verdad es que nada es fácil para las mujeres, tenemos que luchar por todo, porque se nos reconozcan derechos elementales, porque se tome en cuenta a las mujeres a la hora de las elecciones, porque las capacidades en la ciencia, en la academia, en la empresa privada y pública sean reconocidas.

Por ello, son tan importantes las fechas conmemorativas, porque es necesario recordar, no olvidar, seguir avanzando en esa búsqueda de sociedades más equitativas, más justas.

Es en este contexto que la organización Women Political Leaders, (WPL) por sus siglas en inglés o Mujeres Líderes Políticas, ha motivado la iniciativa de invitar a las mujeres a tomar asiento en las mesas donde se toman las decisiones.

No nos contentemos con cualquier lugar, sintámonos relevantes, necesarias, imprescindibles. Sin nosotras, nada puede ni debe ocurrir.