“Según la teoría del caos, cuando una mariposa aletea en Ecuador, tiene el poder de causar un huracán en Japón. Pero no hay prácticamente nada del azar sugerido por el efecto mariposa en las fichas de dominó que siguen cayendo desde el surgimiento de la COVID-19. La explicación más plausible es, de hecho, bastante familiar: acciones cotidianas de los seres humanos que, invisiblemente conectadas, pueden llevar a consecuencias dramáticas” lo menciona un eminente investigador mexicano Daniel Mira-Salana (2020), con motivo de la pandemia que vivimos, que hasta el día de hoy causa en el mundo: 2.502.602 infectados con 175.438 muertes y Ecuador 10.398 infectados con 520 muertos.
Aunque la ciencia aún no es concluyente, hay algo que parece estar fuera de duda: el CODIV 19 se originó en la vida silvestre, desde donde el virus logró cruzar la barrera entre especies y contagiar al ser humano. El principal sospechoso es una especie de murciélago de herradura. El murciélago probablemente transmitió el virus a un huésped intermediario, y las primeras teorías apuntaban al pangolín, ese animal escamoso comercializado ilegalmente por su carne y escamas, que se usan por su aparente valor medicinal. Finalmente, el contacto humano con el huésped intermediario facilitó el salto final del patógeno, causando la pandemia que vivimos y que mantiene en zozobra al mundo. El origen y secuencia de transmisión de la pandemia de coronavirus no debería de sorprendernos. La epidemia de SARS en 2003, tuvo su origen en civetas, vendidas en los mercados como mascotas y también como manjar exótico. El MERS de 2012 se originó en camellos que contagiaron a humanos en contacto con ellos. La gripe aviar, el virus Nipah, el Ébola, el VIH… todas estas y muchas otras enfermedades infecciosas emergentes (EIE) se originaron en animales que contagiaron a humanos, un fenómeno llamado zoonosis. Se estima que más del 60 % de las EIEs en el mundo son zoonóticas, y la gran mayoría de estas (más del 70 %) se origina en la vida silvestre, todo lo cual demuestra que estamos interconectaos con la naturaleza, debiendo salir todos y unidos de esta terrible interconexión que nos agobia.
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