Tercermundista

MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA

Hace poco menos de una semana leía una noticia que me generó un profundo desconcierto. En un país (no diré el nombre) considerado del primer mundo por todos los avances tecnológicos, sus grandes recursos económicos y la promulgación de derechos en el área de inclusión, se está trabajando en una ley para expedir de manera gratuita una pastilla mortal para personas que deseen terminar con su vida a partir de los 70 años.

Esta noticia me hizo regresar en el pasado y recordar otra similar en que se mencionaba que en otra de estas grandes potencias ya no nacían bebés con síndrome de Down, por cuanto, a las madres embarazadas al detectárseles aquella condición se les realizaba un aborto. Estas dos noticias que pueden sumarse a un sinnúmero de aquellas consideradas como ‘avances’ en el área de la salud pública, me han producido una tremenda preocupación, porque me da por pensar que no estamos tan lejos de llegar a aparentes soluciones finales.

Cómo puede ser que en países tan desarrollados les de por pensar que todo se puede solucionar con la muerte. ¿No es más humano crear condiciones apropiadas para mejorar la calidad de vida de las personas, que por cualquier motivo no han nacido con iguales condiciones físicas o mentales o que hayan desarrollado alguna enfermedad que les prive de estar en pleno uso de sus facultades?

En el caso de los llamados adultos mayores, personas que ya cumplieron con un ciclo de vida productivo y que se supone deben retirarse de la vida laboral para disfrutar de los logros alcanzados, debe de procurárseles bienestar para que vivan en armonía y cuidados hasta el final de sus días.

No logro entender cómo se suelen lanzar campañas de protección de bosques y mascotas, no quiero decir que estos grupos no merezcan nuestros esfuerzos, pero en muchos casos presiento que solemos retroceder en defensa de la humanidad.

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