Solidaridad con Venezuela

Santiago Pérez Samaniego

Las migraciones internacionales son un fenómeno social complejo y de larga data, sus causas más visibles son la pobreza, la discriminación, los conflictos internos, la guerra, falta de trabajo o seguridad en los países de origen. Estos desplazamientos humanos son un hecho social que corresponde a un derecho natural de la persona vinculada al principio de libertad: Derecho a migrar.

El incremento de los flujos migratorios por parte de la población venezolana en los últimos años hacia Ecuador, se ha convertido en un tema de discusión por parte de los gobiernos y sus instituciones, los organismos internacionales e intergubernamentales y la sociedad civil. Este hecho social, lamentablemente ha afectado en muchos casos negativamente las relaciones políticas y la convivencia pacífica con la sociedad de acogida. La inmigración, coloca a estos colectivos poblacionales en condiciones de desigualdad, discriminación, explotación y exclusión. La presencia masiva de venezolanos en nuestro territorio genera un ambiente de inseguridad, temor o amenaza, muchas veces injustificado, y que más bien está fomentado por prejuicios y estereotipos negativos hacía este grupo humano, aun cuando debemos de reconocer que alrededor de este éxodo migratorio masivo también se detectan problemas puntuales.

Recordemos que a finales de la década de los noventa, miles de ecuatorianos motivados por la grave crisis económica emigraron mayoritariamente hacia España e Italia, en uno de los procesos migratorios más grandes de la historia de nuestro país. En muchos casos, nuestros compatriotas sufrieron de las medidas restrictivas en cuanto a entrada o permanencia en los territorios de acogida o fueron víctimas de xenofobia, discriminación o racismo.

Las brechas sociales que se visibilizan producto de la inmigración y la intensificación de la violencia estructural resultado de actitudes sectoriales frente a este hecho social, generan más violencia y violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Como ciudadanía y Estado se debería trabajar en la sensibilización de la población respecto al drama humano de la migración y de estos colectivos que en su gran mayoría lo único que buscan es seguridad, protección y mejores días para sus familias. (O)

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