¿Retorno a la Democracia?

ANDRÉS GÓMEZ CARRIÓN

#40AñosdeDemocracia ha sido uno de los hashtags que marcó tendencia durante la última semana. Esto a propósito de la conmemoración de cuatro décadas de la transición de la dictadura militar hacia la “democracia”. No obstante, prefiero acogerme a la visión del historiador Enrique Ayala Mora y hablar de un retorno al sistema constitucional, el tema de la democracia se puede debatir ampliamente.

Desde 1979 hasta la actualidad, Ecuador ha tenido 14 presidentes; es decir, uno cada 2.8 años (en cálculo estrictamente matemático). Partiendo de ese muy básico indicador, hablar de democracia plena en nuestro país es un despropósito.

No obstante, la democracia per sé no debe ser entendida como una meta contenida en un espacio idealista al cual debe llegar un Estado. La democracia es un sistema-proceso que tiene la capacidad de fortalecerse o debilitarse producto del accionar del Estado central y de los actores no gubernamentales. Y, en el mejor de los casos, crea una relación armónica que va mucho más allá de momentos electorales entre el Estado (entendido como todas las instancias del gobierno central) y la Sociedad (entendida como todo lo que no forma parte de la categoría Estado).

De esta forma, es pertinente ratificar la pertinencia de hablar de retorno al sistema constitucional. Es decir, existencia de un sistema de partidos, elecciones libres y universales, institucionalidad, seguridad jurídica, reconocimiento y garantía de derechos, alternabilidad en el poder público y más elementos que en su conjunto coadyuvan a la creación de un Estado de Derecho, pero que no garantizan una democracia plena producto de lo ya analizado.

En virtud de lo expuesto, la transición de finales de la década de los setenta representa un hito beneficioso para el país; pero seguimos en ese proceso de perfeccionamiento democrático permanente que, de abandonarse, puede condenarnos a repetir la historia.

[email protected]