¡Qué tal CNE!

Su Editorial del lunes 11 de enero, señala los graves errores de la Función Electoral. En los últimos días una funcionaria renuncia y hace una denuncia de corrupción; se paga las deudas solo a los que tienen “padrinos”, se nombra a un alto funcionarios del correísmo como Jefe de Informática, se imprimen papeletas con errores por el apuro de eliminar al petulante millonario. Es inconcebible que en un debate presidencial permiten como actor a un delincuente, sentenciado en última instancia por corrupción, sin derechos políticos e impedido por mandato constitucional y por norma legal expresa, y cuando un Tribunal Provincial ordena la suspensión, a la inefable Presidenta del CNE se le ocurre pedir un simple informe jurídico que quizás llegue después de concluido el proceso electoral.

Manuel Eduardo Carrión