ROBERT BLACIO AGUIRRE
Al elegir asambleístas con un quemeimportismo, ponemos en riesgo la gobernabilidad y administración del país. Es el momento entonces, que nos demos el tiempo de conocer quiénes son los candidatos, su perfil, sus ideas, sus acciones y sus propuestas, para no estar lamentándonos en el futuro.
Para iniciar este cambio, cada persona debe hacerse la siguiente pregunta ¿Qué asambleísta queremos?.
Los que se han enriquecido por su posición política, han favorecido a sus familiares y amigos, han sido cuestionados por actos de corrupción, han sido prepotentes, han vulnerado la dignidad de la gente sencilla, no han cultivado liderazgo, inexpertos en la administración pública y los que jamás han solucionado un problema tanto en el ámbito público como privado.
La otra opción, asambleístas que tengan conciencia de servicio, honestidad en sus actos, sencillez en hacer las cosas, el don de ayudar, ser competentes, conocedores de la realidad de su entorno y lo fundamental que tengan propuestas plausibles para sacar adelante su provincia y por ende a este noble pueblo.
Los aspirantes a asambleístas no deben estar ofreciendo obras, esa no es su facultad, es demagogia.
Los futuros legisladores deben estar pensando en un Código de Seguridad Ciudadana, donde quienes incurran en comportamientos contrarios a la convivencia tengan las medidas correctivas a aplicarse; un nuevo Código Laboral que garantice una verdadera revolución obrero-patronal; una nueva Ley de Seguridad Social donde se respete el derecho del afiliado a una jubilación justa y solidaria; una Ley de Educación en la cual se genere una reforma integral en el sistema educativo con el objetivo de alcanzar una cultura de legalidad; y, leyes post-covid19, que afirmen reducciones impositivas, en especial a los sectores del emprendimiento, comercio, transporte, turismo, hotelería, entre otros. ¡Lo estarán pensando!!!.
Finalmente, tampoco necesitamos caras nuevas o títeres manejados por los de siempre, es el momento de propuestas legislativas, para una nueva patria.