Que alce la mano…

El país observa ataques, insultos, maniobras, allanamientos, providencias y diligencias de evidente corte electoral. Las conformaciones de frentes y alianzas, como siempre, se han estrellado con la ambición personal entonteciendo inclusive a valientes luchadores que fueron víctimas de espantosas persecuciones y que parecen olvidar que la política es el arte de la realidad.

El desconcierto aumenta cuando el CNE, organismo insolvente y moroso, llamado a dar seguridad al proceso, resulta una minga de incongruencias sin rumbo ni autoridad. Encabezado por figuras del correato que con torpe disimulo piden ingentes recursos para contentar -vía reparto- a los ‘empresarios políticos’ que piden tajadas anticipadas, a sabiendas de que volverá a perjudicarlos el mismo Consejo Electoral que está en mora desde hace dos procesos.

Esta realidad se estrella con el avance político de financiar, controlar y limitar el gasto electoral. ¿Quién se anima a defender en voz alta el reparto de $45 millones para que cualquier ‘hijo de vecino’ -o hija, en honor a la paridad- ocupe sus 15 minutos de fama, mientras médicos y maestros están impagos?

Vivimos ante un sistema legal que justifica medidas para que los autores y cómplices de los mayores atracos en la historia fuguen por las fronteras, se exilien en embajadas y se escabullan con salvoconductos, se retiren los grilletes y algunos pavoneen sus pretensiones electorales.

¿Cuántos médicos pagarían aquellos millones? ¿Cuántas pruebas y laboratorios de procesamiento? ¿Cuántas antenas o kilómetros de fibra óptica para las zonas aún desconectadas? Que alce la mano el que tenga la respuesta.

La política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos”.

Charles de Gaulle (1959-1961) Primer ministro; Francia.

En política la sensatez consiste en no responder a las preguntas. La habilidad, en no dejar que las hagan”.

André Suarès (1868-1948) Poeta y crítico; Francia.