Marcha por la paz

BYRON BURBANO MORENO

Se han realizado, seguirán haciéndose, las denominadas “Marchas por la Paz”, derivadas de la grave situación que está atravesando el Ecuador por los lamentables y repudiables acontecimientos que están suscitándose en la frontera Norte y que son de conocimiento general.

La ciudad de Latacunga se une al resto del país para proclamar que somos un pueblo pacífico, una provincia tranquila; demasiado tranquila, que lucha por el progreso y bienestar que solamente el sacrificio propio otorga.

Todo acto, manifestación, proclama individual o colectiva en favor de la paz, ratifica el temperamento de los latacungueños: nobles de corazón, generosos y buenos con los visitantes a quienes dan confianza, seguridad, respeto.

Trabajadores honrados, empleados correctos, altamente responsables, que gustan por desenvolverse en libertad de pensamiento y acción, saben cultivar principios, valores tanto individuales como sociales.

El latacungueño es bueno, a veces demasiadamente bueno; malo para pedir y exigir, bueno para dar y contribuir; a más de generoso, confiado, solidario, manifiesta templanza y fortaleza, como lo ha demostrado en muchas oportunidades que la historia ha recogido, ya por la fuerza de la Naturaleza, como las erupciones y los terremotos, ya por la maldad humana de la que ha sido presa. Vale también decir, que el latacungueño sabe mantener sus buenas costumbres y tradiciones, como expresión de sus raíces étnicas y culturales. No podemos negar, tampoco, que también hay de los otros, generalmente venidos de lejos, que viendo las bondades de este pueblo han abusado de él, se han aprovechado, lo han maltratado, confundiendo que la nobleza espiritual y moral es de ingenuos y pendejos, lo que no se puede tolerar por lo que sabe también rechazarlos.

Las marchas por la paz son manifestaciones de dignidad -se vivió y se sintió el jueves último- por la vigencia plena de la Justicia, por el respeto a la libertad, por la vida y el equilibrio social.
TODOS, JUNTOS, POR LA PAZ