Mientras los ciudadanos ibarreños miramos con espanto en las redes sociales un video que causa terror, las autoridades municipales, aparte de dar respuestas ligeras a un delito ambiental, se esconden y vergonzosamente justifican la trasgresión, diciendo tozudamente que es asunto político. La publicación elaborada por un medio de comunicación nacional, que ha trascendido al mundo, delata que los residuos hospitalarios son llevados al relleno sanitario de San Alfonso en Ambuquí. Como los residuos no son tratados, hacen del lugar un peligroso foco de infección, habiendo la sospecha que el sitio anida a COVID 19.
“El Basurero de la Muerte” es el nombre que los pobladores han dado al tenebroso vertedero. Durante años ha sido destino para los desechos de la ciudad, ahora mesclados con despojos con riesgos biológicos. Los desechos hospitalarios deben tener un tratamiento especial establecidos incluso por la OMS, para evitar el aumento de enfermedades y riesgos para la salud de la población, sin embargo la Dirección de Gestión Ambiental del Municipio, sostiene que la práctica de inactivar la carga viral es la utilización de tres fundas, doble nudo y químicos.
La presencia de aves propias de los basureros, esparcen contaminantes sobre áreas distantes juntos con los vientos y la lluvia. Al aire libre están desechos peligrosos, visibles objetos corto punzantes, agujas, jeringas, seguramente placas de cultivo y residuos biológicos infecciosos. Ausente un plan de contingencia de residuos delicados. Para nadie es desconocido que la trasportación de todos los desechos lo hacen volquetas circulando de la ciudad al botadero.
Injustificable que el Municipio no cuente con la correspondiente licencia ambiental, razón por la que la dirección del Ministerio de Medio Ambiente de Imbabura ha notificado pero al parecer sin resultados.
Se anuncia demandas penales al municipio y una acción de protección. Hay trabajadores fallecidos presuntamente por COVID 19. Parte de la población murmura a diario que el puesto a la señora Alcaldesa responsable de esta culpa, le quedó grande el puesto, y no es nueva la propuesta de que dé un paso al costado o activar instancias constitucionales.