En días pasados el Presidente del Consejo de la Judicatura, facultado legalmente por una norma, decidió suspender a una jueza por su evidente mal comportamiento. En el seno del mismo organismo se planteó la tesis contraria, esto es: que el Consejo tiene sus facultades limitadas exclusivamente en el ámbito administrativo.
Por lo tanto se estaría retornando a las aberraciones anteriores, cuando providencias y prisiones se ordenaban desde el Palacio de Carondelet por intermedio de su obsecuente servidor el exsecretario del Presidente de entonces. El debate incluye si rigen las normas positivas nacionales o una supremacía de la Constitución y los tratados internacionales.
Ante la confrontación de estas tesis hablan de crisis en el Consejo de la Judicatura, especialmente por parte de quienes se acostumbraron a la tiranía e imposición de órdenes. Lo que realmente ha existido es una radical confrontación de tesis y principios que precisamente asustan, porque una década de esclavitud no nos deja entender, todavía, que estas confrontaciones son saludables.
Lo son muy especialmente cuando guardan altura y no vuelven al albañal al que nos acostumbraron. Aquellos que se atrevían a opinar diferente eran merecedores de persecuciones, prisiones, secuestros, insultos, cadenas y calificaciones personales. Eran las únicas “razones” con las cuales se hacían entender. Bienvenidas las diferencias y felicitaciones por la altura de la confrontación.
Estamos seguros de que habrá una solución que delimite las funciones sin retornar a las abominables obsesiones del pasado.
La traición y la violencia es emplear un arma de dos filos con que puede herirse el mismo que las maneja”. Emily Brontë Escritora inglesa (1818-1848)
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; el adjetivo, cuando no da vida, mata”. Vicente Huidobro Poeta chileno (1893-1948)