El llanto de Rafael

Jorge Oviedo Rueda

Una década de manejar el poder. Alianza PAIS cometió dos errores imperdonables en política: 1) Alejarse cada vez más del pueblo y 2) No entender que la organización política de un partido nace de la ideología.

Pueblo no es equivalente a ciudadanía. La ciudadanía como concepto sirve para ganar una elección, no para sostener una revolución. Responde a un caudillo, no a un líder y, sobre todo, la ciudadanía ‘per se’ está educada en los valores liberales clásicos. No alcanza a comprender la necesidad de trascender el sistema. El correísmo demostró en la práctica esta verdad.

Se puede negar la ideología en el discurso, cosa que de hecho sucede con los populismos, pero en la práctica eso es imposible. “Socialistas” como Ricardo Patiño y su hermano Raúl, no estaban mentalmente capacitados para comprender este axioma político, por eso junto a Correa gobernaron sin base partidista. Ahora Rafael llora inconsolablemente porque un oportunista como Lenín le ha robado su movimiento. Le tocó en suerte a Moreno, pero pudo haber sido cualquiera. Como dice el dicho, en arca abierta el justo peca.

Correa y sus seguidores ya deben de dejar de lamentarse. Ecuador necesita llevar a la práctica el discurso que Correa le robó a la izquierda revolucionaria y eso no lo hará el mismo Rafael, salvo que quiera suicidarse como clase y entrar en el Panteón de los mártires.

Eso tiene que hacerlo el pueblo, entendido como un movimiento político organizado, con ideología definida y concepciones programáticas que radicalicen la fallida RC y supere la lacra estructural de la corrupción.

Eso es tarea de una izquierda que en Ecuador no nace todavía. Líderes ‘socialistas’ como Ayala Mora o Silvia Salgado deben ser enterrados para siempre y declarados enemigos del pueblo.

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