Diálogo sorpresivo y alentador

Corea del Norte ganó una batalla decisiva ante la opinión pública sobre Estados Unidos durante los Juegos Olímpicos realizados en Corea del Sur el mes pasado. Y no fue una batalla deportiva, sino diplomática. Los norcoreanos participaron en los Juegos y, finalizados estos, una delegación surcoreana viajó a Pyongyang para dialogar con Kim Jong-Un. De paso, ambas partes acordaron la realización de una cumbre entre los mandatarios de ambas partes.

El líder norcoreano admitió que estaría dispuesto a congelar sus ensayos nucleares a cambio de negociaciones con Estados Unidos. Incluso consideraría destruir sus armas nucleares si Washington abandona su objetivo de propiciar un cambio de régimen en su país y las amenazas de una eventual acción militar.

Asimismo, se ha confirmado que en mayo se reunirán Trump y Kim, un encuentro que parecía imposible. Por supuesto, el ofrecimiento de conversaciones sobre el programa nuclear presenta el mayor desafío global a la administración estadounidense, que muestra una rara cautela luego de sus reiteradas advertencias.

Por otra parte, Corea del Sur y EE.UU. no siempre están en la misma onda: mientras el Gobierno moderado del presidente Moon Jae-in, en Seúl, favorece la política de la zanahoria, Washington privilegia el garrote.

Pero la disposición de Trump a dejar de lado la retórica confrontativa es necesaria para el mundo. Sin duda, se demostró como el deporte puede tender puentes entre las naciones en conflicto y no terminar en el campo de batalla sino en la mesa de negociación.

«Cuando se ama, se intenta, se quiere hacer algo para el que se ama. Sacrificarse, servirlo”.

Ernest Hemingway
Novelista estadounidense (1899-1961)

«Recuérdalo, pequeño, que nunca nadie ose robarte tus sueños”.

Michael Ende
Escritor alemán (1929-1995)