Corrupción, pugnas y movilización popular

Remo Cornejo Luque

Los primeros 45 días de gestión del licenciado de Carondelet han estado signados por el descontento popular sobre la década ganada de la corrupción. Los últimos casos de Caminosca y Odebrecht ponen en vilo a altos funcionarios correístas y principalmente al vicepresidente.

Desde el Ejecutivo y Legislativo se notan los esfuerzos para desviar la atención hacia otros temas de su interés. El llamado al diálogo social nacional, la ley contra los paraísos fiscales que provocó la ruptura de CREO y SUMA, hasta las desavenencias públicas, torpes y burdas, del expresidente y su salida del país, son aspectos que no evitan la comidilla diaria: la corrupción correísta.

Lo cierto es que ya nadie puede esconder la responsabilidad de AP en el atraco a los fondos públicos por más que hablen de sanciones. Cada paso que dan se muestran como encubridores. Las comparecencias de Glas y Chiriboga en la Asamblea Nacional y el “juicio político” a Pólit, son farsas para demostrar un supuesto afán fiscalizador.

Las diversas denuncias que destaparon la cloaca gubernamental, bien sustentadas por la Comisión Nacional Anticorrupción de las organizaciones sociales, han abierto los ojos a la ciudadanía y han generado pugnas al interior de AP. Estas pugnas, que son contradicciones interburguesas en el seno del partido oficialista, buscarán saldarlas bajo la impronta del morenismo evitando un cisma y salvando lo que más puedan salvar.

Mientras esto ocurre, la movilización popular se reactiva y se apresta a tomarse las calles para exigir cumplimiento de ofertas de campaña y para obligar a los organismos respectivos una abierta y total investigación de la corrupción y sanción a todos los involucrados en ella.

¡Cárcel para todos los corruptos! ¡Fuera Glas! son demandas que van cobrando fuerza en el Ecuador. (O)

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