Cinco patas

Qué? Son dos o tres patas, y ya está. Tenga paciencia, entre en mi caletre y verá para dónde voy. Usted; posiblemente, tenga sus dudas (lo normal) y tal vez no halla las palabras justas, y con ello lo racional, lo lógico y lo natural. Para allá voy y usted puede acompañarme. Le advierto, entramos en una selva tupida, enmarañada y peligrosa. Imagínese un paisaje oscuro; mil tropezones y hasta de olor nauseabundo, pero saldremos a la luz.

Sacudamos en primer lugar a los cómodos: la Academia (o pseudo-inteligencia) que en el maltratado lenguaje-deliberadamente, si no me entienden y digo que soy elegante y culto sobre cargado de pehachedés y eme eses (Ph.D y MS), qué mejor nos han confundido, siguiendo la palabra rebelde de Nicolás Maduro – en el uso y concepto de humanitario y humanista. Según mi pobre entender: humanitarios fueron San Francisco de Asís o la Madre Teresa de Calcuta; en cambio, Miguel de Cervantes y Noam Chomsky son humanistas, significando que los primeros nombrados regalaron pan y los últimos ideas. La Academia nos ha fallado en establecer la diferencia entre técnico y tecnológico, no sé si han entendido y no lo han explicado, la profunda diferencia que existe entre distanciamiento social y físico, no condenaron todos los títulos – y ellos con sus ínfulas de cuarto, quinto y milésimo nivel – chimbos (palabra popular y criolla) que les permitió a muchos trepar, robar y largarse del país hundido.

No quiero terminar este chismorreo sin prevenir que en el campo de los derechos la maleza y la cizaña ahogan los débiles brotes de reivindicación. Criminales –peligro público– se atosigan de derechos y protecciones, pobres ladroncitos, como decíamos antes, de gallinas se asfixian bajo el peso de la ley diseñada para un país patas arriba.

Carlos Trujillo

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