Una superheroína con traje de mamá

Familia. Después de un año y medio de adaptaciones, mucho amor y esfuerzo, Carolina pudo formar un nuevo hogar.
Familia. Después de un año y medio de adaptaciones, mucho amor y esfuerzo, Carolina pudo formar un nuevo hogar.

Hay madres trabajadoras, estudiantes, solteras… que, con ayuda o no, buscan surgir en la vida. Aquí un testimonio.

Luciana tiene 1 año y medio. Es risueña, feliz y su madre es todo su mundo. Camina detrás de ella a todo lado que va por la casa y la palabra ‘mamá’ la ha dicho más de cinco veces en menos de un minuto. Carolina, su progenitora, está atareada. Entre preparar el desayuno, arreglarse, vestir a la bebé, preparar el almuerzo, contestar el teléfono… transcurren las primeras horas de la mañana.

Ella es productora de eventos y después de un año y medio de haber renunciado y haber dado a luz, cuenta que es hora de volver al trabajo, por días y horas, para poder sustentar a su hija.

El día a día

Son casi las 09:00 y Carolina ya debe partir, le dice a Luciana que la mamá pronto regresará y que mientras tanto la niñera cuidará de ella. Le recomienda portarse bien, que coma todo y que no llore. A la cuidadora en cambio le pide que le dé el alimento a las horas indicadas, que la haga dormir cerca del mediodía y que le dé a beber agua.

La bebé, al darse cuenta de que su madre se irá, no ve otra expresión que llorar, acaba de conocer a la niñera y sabe que se quedará con una persona extraña. Pero aun así, después de cerrarse la puerta, corre al sillón, se trepa en este y con su manita abierta y ojos llorosos ve a mamá por la ventana. Su madre, desde la calle, le manda besos volados y le dice que la ama.

Mientras transcurre el día, Luciana preguntará por su mamá más de cien veces, si no es más, y a ratos ella misma se contesta que ya mismo viene. Finalmente son las 17:00 y, como si se tratara de una intuición, la pequeña está en la puerta esperando a su progenitora. Suena la chapa de la puerta y entra Carolina. Se llenan de besos y abrazos y están completas de nuevo.

Todo cambió

El diario vivir de Carolina Casal era entre el trabajo y los amigos. Después de pasar por un divorcio anhelaba poder enamorarse de nuevo y conformar una familia. Con el tiempo conoció al que es el progenitor de su pequeña, fueron novios por un tiempo, pero cuando le contó que ella estaba embarazada, decidió darle la espalda y salir de su vida. Desde ese momento, Casal supo que sería madre soltera y que debería afrontar esta nueva etapa sola. Con el dinero de su sueldo, un porcentaje lo destinó al ahorro y a los dos meses de embarazo decidió que renunciaría cerca de la fecha del parto para dedicarse por completo a su hija.

“Cuando me enteré que sería madre estuve en shock, pero a la vez me sentí feliz porque siempre tuve el sueño de ser madre. Tal vez las condiciones en las que me enteré o en las que la iba a tener no fueron las mejores, pero un hijo es una bendición. Fue difícil reconocer que sería mamá soltera, pensé en el qué dirán, en que sería difícil, me reproché muchas veces las malas decisiones, pensé en qué sería de mi hija sin su papá. Por eso renuncié, yo no quería que ella sintiera la ausencia de su padre y decidí que yo llenaría ese espacio y me dedicaría a ella. De igual manera, al estar rodeada de mi familia y amigos me di cuenta de que no sería tan difícil como lo imaginé. Sentí miedo muchas veces, pero contar con el apoyo de las personas correctas fue el pilar fundamental de mi maternidad”.

Un nuevo amor, una nueva familia

A pesar de todo, Carolina logró salir adelante sola, en todo el año y medio que vivieron de sus ahorros no les faltó nada. Pero el amor tocaría pronto su puerta. Un antiguo novio regresó y empezaron a salir nuevamente, a verse más seguido y a pensar en el futuro. El amor que sentían no se exterminó a pesar de los años y ella sabía que necesitaba un apoyo y una figura paterna para su hija.

Al principio Luciana no lo aceptaba, lloraba y se ponía celosa, pero Carlos, con mucho afecto y paciencia, se ganó el cariño de la pequeña. Ahora, a la edad de 3, él es su ‘padre’ y lo ama tanto como a su madre.

Carolina y Carlos decidieron formar un hogar, contrajeron nupcias y se apoyan mutuamente. Y aunque saben que llegará el momento para contarle a Luciana sobre su padre de sangre, no sienten miedo o preocupación, ellos la apoyarán, sea cual fuere su decisión en su momento, con amor incondicional.

“Fue un proceso de adaptación para Luciana, más que pensar en mí pensé en si mi hija haría ‘clic’ con él. (DABT)

Un mensaje

° En Ecuador, según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2010 había 339.656 madres solteras y actualmente el número de madres supera los 4 millones.