NIÑAS: ‘Con vidas de adultos y de princesas’

Unas viven con las familia tradicional, otras en su día a día buscan dinero en la calle, en casa son ‘mamá’.

Desde el 11 de octubre de 2012 se conmemora el Día Internacional de la Niña, que busca reconocer y difundir sus derechos y poner de manifiesto los problemas que enfrentan en su entorno. Mas esta fecha es desconocida por muchas niñas de Esmeraldas, quienes de acuerdo a su círculo familiar, se desenvuelven en ambientes distintos, unas con oportunidades y otras buscándolas por cuenta propia.

Hay niñas que viven con una familia tradicional, es decir con papá, mamá y hermanos; mientras que otras se desarrollan en familia monoparental donde cuentan solo con la madre o el padre, pero también hay niñas que por razones diferentes se han criado con los abuelos, tíos u otros parientes.

Dayanara Márquez tiene 9 años, y es la mayor de sus cuatro hermanos. Su entorno familiar le permite sonreír, compartir con los primos y dedicarle tiempo a las tareas escolares que le deja su maestra de la escuela Luis Vargas Torres donde estudia.

Contrastes

Ella no sabe que hoy es el Día de la Niña, pero sí sabe que cada día debe agradecer por lo que tiene; esto lo expresó mientras, ayer, caminaba tomada de la mano de su padre por las calles de la ciudad.

Karelys Reyes, de 7 años, cuando refiere lo que significa ser niña, lo hace con una amplia sonrisa y mirada fija. Para ella ser niña es jugar con los primos, cumplir con las tareas escolares y ayudar a su mamá en los quehaceres del hogar (arreglar su cama). Karelys y Dayanara, coinciden en desechar las prácticas groseras de sus compañeros en sus respectivas unidades educativas.

Empero, la vida de Luisa, nombre protegido, dista mucho de las demás niñas. Tiene 11 años y a esa edad, asume la responsabilidad de cuidar a sus tres hermanos menores. La atención va desde cambio de pañales hasta la preparación de los alimentos, mientras su mamá sale a trabajar y regresa al caer la tarde.

Para esta niña, la prioridad no son sus estudios porque le falta tiempo, y ahora que por la pandemia las clases son virtuales, tampoco dispone de un dispositivo electrónico ni de conectividad. Sin embargo, anhela continuar en la escuela y se las ingenia para cumplir con sus tareas escolares.

Niñez y dificultad

La infancia de María, fue y sigue siendo alejada de lo que debe vivir una niña. Está cerca de cumplir 15 años, pero desde los 12 ha tenido que buscar cómo sobrevivir. Su apariencia física: alta y con buen cuerpo, disfrazan su edad, y parece una joven que supera los 18 años.

Cuando habla de su vida, su rostro se entristece, vive en un barrio urbano marginal de Esmeraldas. Dice ser hija de una extrabajadora sexual, por el trabajo de su madre, fue criada por su abuela materna, donde faltaba de todo y esa necesidad hizo que empezara a salir con ‘amigas’ antes de los 12 años, para ir a pedir dinero a diferentes playas y con lo que conseguía se compraba lo que necesitaba, comentó.

La Asamblea general de las Naciones Unidas instauró el 11 de octubre de 2011 el Día de la Niña, para que a partir del 2012 se conmemore la fecha.Cuando regresaba a casa era castigada por sus abuelos, recibía consejos que no acató. Se retiró de la escuela, no culminó la educación básica. “Mis abuelos ya no me dicen nada”, dijo con resignación.

María tampoco sabe que hoy es el Día de la Niña, pero sí está segura que ha vivido episodios de gente grande. Agrega que no quiere regresar a la escuela, pero sí le gustaría aprender belleza y en un futuro tener su propio negocio.

“Me gustaría que los niños no se maltraten ni se digan malas palabras cuando estamos en la escuela”.

Dayanara Márquez

Moradora de la Boca del Lobo

“Quiero que los niños y las niñas se porten bien y que no se pelen entre ellos”.

Karelys Reyes

Alumna del Sagrado Corazón