Durante una hora, en honor al 1 de mayo Día del Trabajador, en Esmeraldas se hizo el cacerolazo.
El sol de mediodía de ayer en la ciudad de Esmeraldas provocaba estar con ropa ligera y sin las mascarillas que reducen los riesgos de contagios del coronavirus. Pero los trabajadores se aferraban al equipo de bioseguridad y gritaban con fuerza la consiga del día: “comida y medicina”.
También repetían, como su fuese un discurso aprendido, que el Gobierno Central es un explotador laboral, que no debería pagar la deuda externa y que les mejorarle el ambiente laboral. Otras voces con menos eco, exigían que se considere al Covid-19 como una enfermedad laboral.
Los del Ministerio de Trabajo, un día antes de conmemorase el Día del Trabajador, reconocieron que fue un “error” el no dejar espacio para las excepciones en las reformas. “El Covid-19 es una pandemia, pero se abre el espacio de que en los casos en donde se pueda probar la relación entre el contagio y la actividad laboral de un trabajador, pueda ser considerado una enfermedad laboral”, lo detalló la ministra de Gobierno, María Paula Romo.
Sin caminata
Quienes ayer salieron a expresarse a las calles en conmemoración al 1 de mayo, fecha que recuerda una de las mayores lucha de reivindicación laboral, no solo llegaron con el deseo de gritar y agitar banderas rojas, sino que llevaron ollas para armar el cacerolazo.
Toda la manifestación pacífica que estuvo vigilada por la Policía Nacional, ocurrió en la avenida José Joaquín de Olmedo y Juan Salinas, el lugar donde todos los primeros de mayo se encuentran en honor a la fecha. Este año no se hizo el tradicional recorrido por la ciudad, todos se quedaron en un plantón.
“Salimos a calles, pero estamos cumpliendo con las normas de bioseguridad. Se tiene la mascarilla y se conserva el distanciamiento social”, aclaró el concejal de Esmeraldas y uno de los líderes del plantón, Paulino Quiñónez.
Desempleo
Los representantes de las Unión Nacional de Educadores (UNE) se sumaron a la acción. “Estamos encerrados, pero no callados. Pedimos comida y medicina, por uno seis millones de trabajadores que ganan el día a día y que hoy no tienen la posibilidad”, justifica las razones de la consiga, la presidente de la UNE Jaqueline Méndez. Y denunció que unos 6.000 profesores estarían siendo desvinculados y quedándose en el desempleo