El cielo azul y el campo verde abrazaron bajo sus colores el último suspiro de un hombre que esta mañana salió a trabajar la tierra.
Su cuerpo terminó en lo hondo de una quebrada, sin ventaja, la muerte ganó la carrera.
Es así como para la familia Hernández, la semana inicia con el fin de la vida de Hernán, un padre y abuelo de 78 años que vivía en Constantino Fernández, en el barrio San Juan.
Hernán fue agricultor. Todas las mañanas, desde las 06:00 se levantaba a labrar sus cultivos. Además del campo y el cielo nadie más pudo mirar cuando el hombre se desplomó.
A las 09:00 su familia fue a buscarlo en el terreno, al no encontrarlo se preocuparon, pidieron ayuda a los vecinos.
Vicente Cando, contó que mientras estaba en la parte de atrás de su casa, su esposa le dijo que, “el vecino no asoma, ven para que ayudemos a buscarlo”.
Minutos después, Vicente junto a otro morador hallaron a Hernán aproximadamente 15 metros al fondo de una quebrada.
“Al principio nos imaginamos que el hombre estaba trabajando y se cayó. Cuando le sacamos parecía que seguía vivo pero cuando llegamos a la superficie murió”, dijo Cando.
El cuerpo de Hernán quedó tendido sobre la vía. En una camioneta llegaron otros familiares, entre lágrimas y abrazos lamentaban la muerte.
Olvidaron el distanciamiento, se lanzaron al piso para abrazar por última vez a su padre y abuelo.
Los vecinos habían dado aviso al ECU 911 por lo que al sitio acudieron los investigadores de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased).
Después de un examen visual externo se determinó que el cuerpo no tenía signos de violencia. La nieta del muerto dijo que su abuelo sufría varias enfermedades por su edad, que en los últimos días se estaba haciendo tratar con un doctor por problemas de corazón.
El médico emitió un certificado de defunción, fijando que se trataba de un paro cardiaco por lo tanto no se hizo el levantamiento del cadáver. (APQ)