El cementerio de Calderón se llena de tradición

TRADICIÓN. José Segundo llegó a visitar a su tío junto a su padre. Una tradición que repiten cada año.
TRADICIÓN. José Segundo llegó a visitar a su tío junto a su padre. Una tradición que repiten cada año.

Cientos de familias acuden a este camposanto para compartir una jornada de recuerdo.

INTERCULTURAL

Un niño de no más de 5 años juega con su amigo sobre un panteón. Sobre el pequeño yacen generaciones de personas que algún día también jugaron como él. Hoy tan solo queda un nombre y unas fechas: la de nacimiento y deceso.

No muy lejos hay un grupo de rezadoras. Van ataviadas con un manto sobre su cabeza y ropas oscuras, con su rostro plagado de arrugas. Caminan con paso lento y solemne y a cambio de un plato de comida dedican una oración al muerto.

EL DATO
La colada morada y las guaguas de pan son los alimentos típicos de este díaTransitar a través del cementerio de Calderón no es fácil. Las cruces y las lápidas se amontonan una junto a la otra. En ocasiones no se puede sortear las tumbas y hay que saltar a través de ellas. En el ambiente hay mucho polvo que proviene del piso. Pareciera que ya no cabe ni un alma más.

ORACIÓN. Familiares de los fallecidos realizan plegarias y rezos en su recuerdo.
ORACIÓN. Familiares de los fallecidos realizan plegarias y rezos en su recuerdo.

Ritual Indígena
Pero en este ritual de tradición indígena, que recuerda la muerte reivindicando a la vida, hay espacio para la alegría. En las afueras suena una banda de pueblo, los niños no dejan de corretear entre las tumbas, llega gente de varias provincias: Imbabura, Cotopaxi, Santo Domingo de los Tsñachilas e incluso de Loja. Muchos de ellos tienen familiares en Quito o bien llevan algunos años viviendo en la capital.

Desde Ibarra
La familia Milton son originarios de Ibarra, pero varios de ellos viven en el Comité del Pueblo. Sobre la tumba de Lourdes, la matriarca, quien falleció a los 84 años, organizaron un pequeño ceremonial con flores, una corona de color violeta y muchas viandas: colada morada, arroz con carne, verduras y colas. Más que rezar charlan entre ellos -son unos 12- y se ponen al día, ya que habitualmente no coinciden.

EL DATO
Esta celebración tiene lugar en la mayor parte de los países americanos, especialmente en México.En otra zona del cementerio se agrupan los familiares de María Rodríguez, quien dejó este mundo hace siete años. Todos sonríen y se les ilumina la mirada cuando la evocan. “A ella le gustaba mucho cocinar, era muy buena con todos, muy cariñosa, por eso –y señala a un amplio grupo de personas- siempre venimos todos”, explica Gonzalo Cabascán, su hijo. Todos comen y celebran el tiempo que pasaron juntos. “Mientras viva en nuestros corazones seguirá entre nosotros”, recuerda con orgullo.

TRADICIÓN. Las rezadoras ofrecen a cambio de un plato de comida una oración al finado.
TRADICIÓN. Las rezadoras ofrecen a cambio de un plato de comida una oración al finado.

Triste recuerdo
Pero no todo es felicidad. Algunos de los presentes vertieron sus lágrimas sobre las lápidas, pues detrás de cada nicho hay una historia, y no todas son alegres. Lágrimas que luego fueron borradas por las fuertes lluvias que cayeron en el norte de Quito, marcando los ciclos, que finalmente, regeneran y purifican la existencia de los seres humanos. (MAP)

ALMUERZO. Las familias portan varios alimentos y realizan un almuerzo sobre la tumba del familiar.
ALMUERZO. Las familias portan varios alimentos y realizan un almuerzo sobre la tumba del familiar.