Los docentes consideran que la educación actual pertenece a dos mundos diferentes.
Redacción BUENA FÉ
A poco menos de un año de haberse reportado en Ecuador el primer caso de contagio por la severa infección respiratoria conocida como Covid-19, miles de niños, niñas y adolescentes, continúan limitados de asistir a sus escuelas
En aras de dar solución a la incertidumbre de las actividades académica de los estudiantes de todo el país, el Gobierno Nacional implementó la modalidad de clases virtuales, a fin de impedir la pérdida total del año escolar.
Tablets, laptops y Smartphones han sido los principales medios por los cuales docentes, niños y adolescentes han interactuado durante los últimos meses; sin embargo, no todos los niños cuentan con este tipo de dispositivos para poder tomar sus clases, lo que ha dificultado en buena parte el proceso de aprendizaje de los sectores menos favorecidos.
Matices
Fátima Nevarez, quien es madre de dos niñas en edades escolares, considera que las clases virtuales han sido un mecanismo de gran valor, pues sus hijas de 9 y 15 años, han podido continuar con sus estudios, a pesar de la drástica situación sanitaria que atraviesa actualmente el mundo.
A lo cual agregó, que “en muchas ocasiones se critica al modelo implementado, sin considerar que en algunos casos la falla no está en el medio utilizado, sino en las capacidades de los tutores para expresarse mediante estos nuevos canales de comunicación”.
Digna Molina quien también es madre de dos jóvenes en edades escolares, sostuvo que sus hijos no están aprendiendo lo suficiente con el método virtual, pues observa que los docentes sólo envían los deberes y que el estudiante los realice de manera autodidacta.
Método
Paola Bustamante, quien se desempeña como docente en la Unidad Educativa Básica Nicolás Infante Díaz del cantón Buena Fe, explicó que “al inicio fue un poco difícil adaptarse a la modalidad virtual, pero gracias a las diferentes capacitaciones recibidas por parte del Ministerio de Educación, todo ha fluido en buena forma, propiciando un mejor dominio de los nuevos métodos implementados en la nueva normalidad”.
De igual manera señaló que el proceso educativo es un trabajo en equipo que debe ser reforzado en casa, por lo que considera que en su experiencia durante esta modalidad virtual si ha contado con el apoyo de los padres y representantes, quienes tras largas jornadas laborales se conectan junto a sus hijos para ayudarles con sus estudios.
“Es importante resaltar que no hay punto de comparación entre la modalidad presencial y la virtual, ya que son dos mundos diferentes. Sin embargo considero que nadie estaba preparado para lo que nos tocó vivir y que ante la magnitud de las dificultades que se nos han presentado hemos hecho nuestro mejor esfuerzo”, añadió la docente.
Un estudio publicado recientemente por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), se habría evidenciado que en el Ecuador el 60% de los estudiantes ha aprendido menos con las clases virtuales. (JTE)