Día Tercero: La mula y el buey

SALUDO
La creación fue hecha en Cristo y por eso es importante que la recordemos en esta novena. Sobre todo, cuando en estos tiempos se hace tan importante reflexionar sobre la ecología. Antes de comenzar, hagamos un pequeño momento de silencio y escuchemos los ruidos que la naturaleza nos brinda. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN INICIAL
¡Oh, Divino Niño Jesús!, confiando en tu infinita misericordia y bondad quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales. Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu padre celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena. Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, madre tuya y también mi madre, para que, como ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

PRESENTACIÓN DEL PERSONAJE DEL DÍA
San Francisco, creador del pesebre, introduce dos nuevos elementos en la representación del nacimiento del niño Dios. Son la mula y el buey. El buey, animal fuerte y fiel, seguramente lo ha deducido puesto que las narraciones bíblicas nos hablan de un establo; la mula recuerda aquel animal en el cual se trasladó María desde Nazaret hasta Belén.

LECTURA BÍBLICA
Una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu de Yahvé, espíritu de sabiduría e inteligencia espíritu de prudencia y valentía, espíritu para conocer a Yahvé y para respetarlo, y para gobernar según a sus preceptos.

No juzgará por las apariencias ni se decidirá por lo que se dice, sino que hará justicia a los débiles y defenderá el derecho de los pobres del país. Su palabra derribará al opresor, el soplo de sus labios matará al malvado. Vendrá como cinturón la justicia, y la lealtad será el ceñidor de sus caderas. Palabra del Señor.}

MEDITACIÓN
Recibir a Jesucristo en la propia vida implica luchar activamente por la paz. La mula y el buey son expresión de la pobreza en la cual nace Jesús: ¡El Salvador ha elegido nacer en medio de los más pobres, y en condiciones inhumanas! ¿Doy cabida en mi corazón a Jesús o le expulso de él con excusas? ¿Soy solidario con mis hermanos más necesitados?

VILLANCICO
Noche de Paz

Noche de paz, noche de amor,
todo duerme derredor,
entre los astros que esparcen su luz,
bella anunciando al niño Jesús,
brilla la estrella de paz,
brilla la estrella de amor

Noche de paz, noche de luz,
ha nacido Jesús,
pastorcillos que oíd anunciad,
no temáis cuando entréis adorar
que ha nacido el amor,
que ha nacido el amor

Desde el pesebre del niño Jesús
la tierra entera se llena de luz,
porque ha nacido
Jesús, entre canciones
de amor

ORACIÓN FINAL
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades. Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

SALUDO
La creación fue hecha en Cristo y por eso es importante que la recordemos en esta novena. Sobre todo, cuando en estos tiempos se hace tan importante reflexionar sobre la ecología. Antes de comenzar, hagamos un pequeño momento de silencio y escuchemos los ruidos que la naturaleza nos brinda. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN INICIAL
¡Oh, Divino Niño Jesús!, confiando en tu infinita misericordia y bondad quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales. Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu padre celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena. Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, madre tuya y también mi madre, para que, como ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

PRESENTACIÓN DEL PERSONAJE DEL DÍA
San Francisco, creador del pesebre, introduce dos nuevos elementos en la representación del nacimiento del niño Dios. Son la mula y el buey. El buey, animal fuerte y fiel, seguramente lo ha deducido puesto que las narraciones bíblicas nos hablan de un establo; la mula recuerda aquel animal en el cual se trasladó María desde Nazaret hasta Belén.

LECTURA BÍBLICA
Una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu de Yahvé, espíritu de sabiduría e inteligencia espíritu de prudencia y valentía, espíritu para conocer a Yahvé y para respetarlo, y para gobernar según a sus preceptos.

No juzgará por las apariencias ni se decidirá por lo que se dice, sino que hará justicia a los débiles y defenderá el derecho de los pobres del país. Su palabra derribará al opresor, el soplo de sus labios matará al malvado. Vendrá como cinturón la justicia, y la lealtad será el ceñidor de sus caderas. Palabra del Señor.}

MEDITACIÓN
Recibir a Jesucristo en la propia vida implica luchar activamente por la paz. La mula y el buey son expresión de la pobreza en la cual nace Jesús: ¡El Salvador ha elegido nacer en medio de los más pobres, y en condiciones inhumanas! ¿Doy cabida en mi corazón a Jesús o le expulso de él con excusas? ¿Soy solidario con mis hermanos más necesitados?

VILLANCICO
Noche de Paz

Noche de paz, noche de amor,
todo duerme derredor,
entre los astros que esparcen su luz,
bella anunciando al niño Jesús,
brilla la estrella de paz,
brilla la estrella de amor

Noche de paz, noche de luz,
ha nacido Jesús,
pastorcillos que oíd anunciad,
no temáis cuando entréis adorar
que ha nacido el amor,
que ha nacido el amor

Desde el pesebre del niño Jesús
la tierra entera se llena de luz,
porque ha nacido
Jesús, entre canciones
de amor

ORACIÓN FINAL
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades. Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

SALUDO
La creación fue hecha en Cristo y por eso es importante que la recordemos en esta novena. Sobre todo, cuando en estos tiempos se hace tan importante reflexionar sobre la ecología. Antes de comenzar, hagamos un pequeño momento de silencio y escuchemos los ruidos que la naturaleza nos brinda. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN INICIAL
¡Oh, Divino Niño Jesús!, confiando en tu infinita misericordia y bondad quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales. Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu padre celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena. Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, madre tuya y también mi madre, para que, como ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

PRESENTACIÓN DEL PERSONAJE DEL DÍA
San Francisco, creador del pesebre, introduce dos nuevos elementos en la representación del nacimiento del niño Dios. Son la mula y el buey. El buey, animal fuerte y fiel, seguramente lo ha deducido puesto que las narraciones bíblicas nos hablan de un establo; la mula recuerda aquel animal en el cual se trasladó María desde Nazaret hasta Belén.

LECTURA BÍBLICA
Una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu de Yahvé, espíritu de sabiduría e inteligencia espíritu de prudencia y valentía, espíritu para conocer a Yahvé y para respetarlo, y para gobernar según a sus preceptos.

No juzgará por las apariencias ni se decidirá por lo que se dice, sino que hará justicia a los débiles y defenderá el derecho de los pobres del país. Su palabra derribará al opresor, el soplo de sus labios matará al malvado. Vendrá como cinturón la justicia, y la lealtad será el ceñidor de sus caderas. Palabra del Señor.}

MEDITACIÓN
Recibir a Jesucristo en la propia vida implica luchar activamente por la paz. La mula y el buey son expresión de la pobreza en la cual nace Jesús: ¡El Salvador ha elegido nacer en medio de los más pobres, y en condiciones inhumanas! ¿Doy cabida en mi corazón a Jesús o le expulso de él con excusas? ¿Soy solidario con mis hermanos más necesitados?

VILLANCICO
Noche de Paz

Noche de paz, noche de amor,
todo duerme derredor,
entre los astros que esparcen su luz,
bella anunciando al niño Jesús,
brilla la estrella de paz,
brilla la estrella de amor

Noche de paz, noche de luz,
ha nacido Jesús,
pastorcillos que oíd anunciad,
no temáis cuando entréis adorar
que ha nacido el amor,
que ha nacido el amor

Desde el pesebre del niño Jesús
la tierra entera se llena de luz,
porque ha nacido
Jesús, entre canciones
de amor

ORACIÓN FINAL
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades. Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.

SALUDO
La creación fue hecha en Cristo y por eso es importante que la recordemos en esta novena. Sobre todo, cuando en estos tiempos se hace tan importante reflexionar sobre la ecología. Antes de comenzar, hagamos un pequeño momento de silencio y escuchemos los ruidos que la naturaleza nos brinda. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN INICIAL
¡Oh, Divino Niño Jesús!, confiando en tu infinita misericordia y bondad quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales. Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu padre celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena. Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, madre tuya y también mi madre, para que, como ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.

PRESENTACIÓN DEL PERSONAJE DEL DÍA
San Francisco, creador del pesebre, introduce dos nuevos elementos en la representación del nacimiento del niño Dios. Son la mula y el buey. El buey, animal fuerte y fiel, seguramente lo ha deducido puesto que las narraciones bíblicas nos hablan de un establo; la mula recuerda aquel animal en el cual se trasladó María desde Nazaret hasta Belén.

LECTURA BÍBLICA
Una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu de Yahvé, espíritu de sabiduría e inteligencia espíritu de prudencia y valentía, espíritu para conocer a Yahvé y para respetarlo, y para gobernar según a sus preceptos.

No juzgará por las apariencias ni se decidirá por lo que se dice, sino que hará justicia a los débiles y defenderá el derecho de los pobres del país. Su palabra derribará al opresor, el soplo de sus labios matará al malvado. Vendrá como cinturón la justicia, y la lealtad será el ceñidor de sus caderas. Palabra del Señor.}

MEDITACIÓN
Recibir a Jesucristo en la propia vida implica luchar activamente por la paz. La mula y el buey son expresión de la pobreza en la cual nace Jesús: ¡El Salvador ha elegido nacer en medio de los más pobres, y en condiciones inhumanas! ¿Doy cabida en mi corazón a Jesús o le expulso de él con excusas? ¿Soy solidario con mis hermanos más necesitados?

VILLANCICO
Noche de Paz

Noche de paz, noche de amor,
todo duerme derredor,
entre los astros que esparcen su luz,
bella anunciando al niño Jesús,
brilla la estrella de paz,
brilla la estrella de amor

Noche de paz, noche de luz,
ha nacido Jesús,
pastorcillos que oíd anunciad,
no temáis cuando entréis adorar
que ha nacido el amor,
que ha nacido el amor

Desde el pesebre del niño Jesús
la tierra entera se llena de luz,
porque ha nacido
Jesús, entre canciones
de amor

ORACIÓN FINAL
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades. Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.