Brasil: Cuenta atrás para Dilma

Cuenta atrás para Dilma
MOVILIZACIÓN. Las manifestaciones contra Dilma y Lula continuaban ayer. (EFE)

Manifestantes contra Rousseff y Lula acampan en las calles esperando verlos caer. La izquierda también se moviliza.

SAO PAULO, AGENCIAS

La decisión de nombrar al expresidente como ministro y la determinación de un juez de tumbarlo, tiene hoy a Brasil más agitado que nunca en medio del sonado caso de corrupción de Petrobras.


Una veintena de carpas aparece entre las miles de personas que protestan en Sao Paulo: sus ocupantes dicen que permanecerán en la calle hasta que caiga la presidenta Dilma Rousseff.


La neurálgica avenida Paulista de la capital financiera de Brasil ha sido el epicentro de las protestas de la oposición. Fue allí donde se congregaron el domingo 1,4 millones de personas y donde ayer el oficialismo también se manifestó, pero a favor del Gobierno.

‘De aquí no nos movemos’


Muchas personas de un grupo llamado Patria Amada Brasil en referencia el último estribillo del himno nacional, se instalaron en la avenida Paulista para presionar por la caída de la mandataria.


«Vamos a hacer una protesta como la que hubo en Ucrania. No saldremos de aquí hasta que caiga Dilma, afirmó una mujer, segura de que «mañana» serán muchos más los manifestantes.


«Hemos recibido el apoyo de la gente, nos traen agua y comida. Aquí seguiremos hasta que Dilma caiga», sentencia.

‘¡Nunca más!’


El improvisado campamento está ubicado frente al enorme edificio de la patronal Fiesp que iluminó su fachada con el verde y amarillo de la bandera brasileña atravesada con una franja negra en la que se leía «Renuncia ya».
Desde el escenario que se montó frente al edificio, un orador exclama ante el público enfervorizado: «¡Para que nunca más la izquierda gobierne este país!».

Cuenta atrás para Dilma
CONTRAMARCHA. La izquierda brasileña también salió ayer a la calle a defender a sus líderes. (EFE)

Protegiendo al expresidente


Lula, investigado por corrupción en el escándalo de Petrobras, fue nombrado ministro el miércoles.


La noticia estaba siendo asimilada con parcial normalidad hasta que el juez Sergio Moro -que investiga el fraude a la petrolera y es venerado por los manifestantes opositores- difundió la grabación de una conversación telefónica en que Rousseff le decía a Lula que le enviaba el decreto de su nombramiento para que pueda «usarlo en caso de necesidad».


Investigadores estiman que la Presidenta quería proteger a Lula de una eventual orden de prisión.

Otro carnaval


Poco tardó la Paulista en llenarse de manifestantes, tal como ocurrió también en Brasilia, con focos de protestas a favor y en contra del Gobierno.


Alrededor del campamento en la avenida Paulista, la manifestación creció en la noche hasta congregar unas 5.000 personas, según cifras divulgadas en la prensa. Son sobre todo oficinistas, muchos jóvenes, algunos con más ánimo de fiesta que de protesta.

‘Brasil no es Venzuela’


Estallan fuegos artificiales. Hay un escenario, suena música, se venden cervezas heladas y los manifestantes gritan consignas con devoción bajo una noche cálida del fin del verano paulista.


«¡Brasil no es Venezuela!», «¡Fuera PT!», se escucha con fuerza.
«Estoy indignado con tanta corrupción, las cosas tienen que cambiar.

Mientras no tenemos salud, educación o seguridad, vemos que estos políticos roban y roban. Todos los partidos son iguales, no se salva nadie», asegura Adilio Brasil, un enfermero de 32 años que pensaba quedarse protestando hasta la medianoche.

Cuenta atrás para Dilma
ENFRENTAMIENTO. Manifestantes opositores a la Presidenta brasileña pelean con simpatizantes del Gobierno, en la avenida Paulista. (EFE)

El respaldo a Lula y Dilma


La izquierda brasileña, a su vez, buscó dar una señal de fuerza ayer para resistir a la embestida política y judicial contra la presidenta Dilma Rousseff, poniendo a prueba la movilización de sus bases, cinco días después de una protesta opositora que sacó a tres millones de personas a la calle.


En Sao Paulo la concentración se llevó a cabo en la céntrica avenida Paulista, a metros de donde ayer la Policía desalojó con chorros de agua y bombas de estruendo a unos 150 manifestantes opositores que ocupaban la vía desde el miércoles, cuando arreciaba la crisis política.


Los organizadores de la marcha progobierno – el Partido de los Trabajadores (PT), la Central Única de Trabajadores (CUT) y diversas organizaciones sociales – habían pedido la víspera que las fuerzas de seguridad «garanticen el derecho de todos» a expresarse públicamente.

Contra el golpe


En los últimos días ya se produjeron algunos incidentes entre partidarios y opositores al Gobierno, y la cercanía física de ambos bandos hacía temer enfrentamientos.


La movilización fue convocada en unas 30 ciudades, «en defensa de la democracia, de los derechos de la clase trabajadora y contra el golpe», en referencia al proceso de destitución de Rousseff que ya está siendo debatido en la Cámara de Diputados.


‘Es el nuevo Plan Cóndor’, dice Correa

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró ayer que la crisis política que vive Brasil, donde la mandataria Dilma Rousseff enfrenta pedidos de destitución, forma parte de un “nuevo plan Cóndor” contra los gobiernos progresistas de la región.


“¿Usted cree que eso es casualidad? Es el nuevo plan Cóndor (aplicado en la década de los 70’ por las dictaduras militares del Cono Sur para coordinar el exterminio de opositores) contra los gobiernos progresistas”, declaró el mandatario en una entrevista en la televisión oficial.


“Ya no se necesitan dictaduras militares, se necesitan jueces sumisos, se necesita una prensa corrupta que incluso se atreva a publicar conversaciones privadas, lo cual es absolutamente ilegal”, agregó.


“Lo mismo le han hecho a Cristina (Kirchner), lo mismo le hicieron a Evo (Morales), con el hijo que todavía se lo está buscando, lo mismo le hicieron a (Nicolás) Maduro, se lo han hecho a Dilma, se lo hacen a Lula, lo mismo han intentado hacer con nosotros”, dijo Correa.


Críticas a
la justicia

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, reiteró sus críticas a los métodos de la justicia para investigar a su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, y afirmó que el combate a la co-rrupción «no justifica» el menoscabo de la democracia.


«Estoy a favor del más riguroso combate a la corrupción, que todos los corruptos vayan a la cárcel. Lo único en lo que no estoy a favor es que alguien justifique que para combatir la corrupción, también se tiene que llevar la democracia por delante», dijo Rousseff en un discurso en el municipio de Feira de Santana, en Bahía.