Sembrar con niños los hace más responsables

Ventaja. El contacto con la tierra desarrolla la motricidad fina.
Ventaja. El contacto con la tierra desarrolla la motricidad fina.

La jardinería los mantiene concentrados sin lnecesidad de la tecnología.

Ahaní Carillo tiene 11 años y vive en un departamento. A raíz de la cuarentena las horas que pasa frente al computador o la televisión aumentaron.

Laura Tapia, madre de Anahí, buscó actividades que para no dependa únicamente de la tecnología. “Probamos juegos de mesa, pero eso es un ratito y ya. Luego me acordé que mi mamá tiene un terreno y mi hija siempre pasaba ahí feliz. Pensé que en un espacio tan pequeño no sería posible, pero me equivoqué”, relata.

Así fue como adquirieron una planta, de la que Anahí está a cargo. Le pone agua reposada, le pone al sol el tiempo necesario, le cambia de tierra y limpia las hojas.

“A mi hija le gusta tanto que ahora queremos sembrar algo que no necesite de mucho espacio”, dice Carrillo.

Enseñanza.  La vinculación con la naturaleza hace que los niños respeten el medio ambiente.
Enseñanza. La vinculación con la naturaleza hace que los niños respeten el medio ambiente.

Bondades de la jardinería

La pedagoga Maritza Castro señala que la jardinería es una actividad que se recomienda realizarla con niños. Los beneficios son múltiples, especialmente en pequeños de edad preescolar (de cuatro a seis años).

Castro destaca que sembrar se convierte en una actividad didáctica con diversos enfoques. “Al ser una práctica específica permite desarrollar la concentración, la capacidad de compromiso, de responsabilidad y la constancia”.

Otro de los beneficios que se destacan es la conexión con la naturaleza.

Debido a la cuarentena, los pequeños salen menos y su vínculo con el medio ambiente se ve debilitado, lo que a futuro implicaría que no exista conciencia sobre la importancia de su cuidado.

Sentidos y motricidad

Por otra parte, la experiencia al momento de sembrar o de cuidar una planta es altamente sensorial, pues los pequeños tocan la tierra y pueden sentir los cambios de textura cuando está seca o mojada.

A la experiencia con los sentidos se le debe sumar que recoger semillas­ –que suelen ser pequeñas­–, arrancar hierbas, limpiar hojas o aplanar la tierra tiene buenos efectos sobre las habilidades motoras finas (uso de músculos pequeños de las manos y los antebrazos). Este desarrollo es indispensable para actividades que requieren precisión, como pintar, sostener un lápiz o utilizar las tijeras. (AVV)

Alimentación sustentable

Pablo Hernán Garófalo, experto del proyecto de agricultura urbana ‘Agrupar’, indica que cualquier espacio puede ser adaptado para cultivar: balcones, jardineras o terrazas.

Fomentar en edades tempranas la importancia de la alimentación sustentable permite que se cree conciencia sobre este tipo de prácticas (generar alimentos sin dañar el medio ambiente).

En su mayoría, los huertos urbanos se componen de verduras, frutas o plantas medicinales, así que, también puede ser una oportunidad para que los niños se animen a consumir estos alimentos que no siempre les resultan agradables.

“Si el niño se involucra en la siembra y ve todo el proceso por el que pasa la planta, seguramente, tendrá curiosidad de probarla, de ver cómo sabe”, dice Castro.