ROBERT BLACIO AGUIRRE
Desde hace algún tiempo he venido compartiendo con muchas personas, diálogos muy interesantes, y una pregunta que me sorprendió fue, ¿Si soy experto en política o soy un novato?, tras meditarlo, mi respuesta fue, que prefiero ser un novato en política; porque hay muchos expertos en política que han desfalcado nuestro país y se ha de requerir mucha experticia para llevarse tanto dinero de todos los ecuatorianos.
Hay quienes queremos cambiar nuestro cantón, nuestra provincia y por supuesto nuestro país, pero nos encontramos con muchas instituciones del estado que no están a la altura de la población ecuatoriana, no lo digo yo, sino la mayoría de personas que habitamos en este hermoso país.
Es sólo echar una mirada en las funciones del estado y veremos sus problemas. La función ejecutiva, eligió su cuarta vicepresidenta y un sinnúmero de cambio de ministros; la legislativa, con asambleístas envueltos en varios casos de corrupción; la judicial, con jueces que presuntamente obtuvieron de manera irregular el carnet de discapacidad; la electoral, en pugnas con el Contralor General del Estado y movimientos políticos; y, el de participación, que nadie sabe lo que hace, lo único que quieren es mantenerse en sus puestos.
La raíz de estos problemas es la falta de cumplimiento a la ley, corrupción, falta de ética y la falta de moral. Es necesario hacer un llamado a todas las funciones del estado, que se dediquen a trabajar por la población del Ecuador y no por sus intereses personales.
Las funciones del estado, deben definir una agenda general para el desarrollo, donde se establezcan prioridades y se trace una hoja de ruta para alcanzar un alto nivel de vida, con la participación de la ciudadanía y la sociedad civil, donde siempre prime la salud, educación, seguridad, empleo y vivienda.