¿Dar dinero a los más pobres es mejor que darles subsidios?

PROCESO. El gas de uso doméstico tendría un valor mucho mayor, si no fuera subsidiado por el Estado.
PROCESO. El gas de uso doméstico tendría un valor mucho mayor, si no fuera subsidiado por el Estado.
PROCESO. El gas de uso doméstico tendría un valor mucho mayor, si no fuera subsidiado por el Estado.
PROCESO. El gas de uso doméstico tendría un valor mucho mayor, si no fuera subsidiado por el Estado.
PROCESO. El gas de uso doméstico tendría un valor mucho mayor, si no fuera subsidiado por el Estado.
PROCESO. El gas de uso doméstico tendría un valor mucho mayor, si no fuera subsidiado por el Estado.
PROCESO. El gas de uso doméstico tendría un valor mucho mayor, si no fuera subsidiado por el Estado.
PROCESO. El gas de uso doméstico tendría un valor mucho mayor, si no fuera subsidiado por el Estado.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hecho con apoyo de expertos nacionales y extranjeros, busca responder esta pregunta: ¿Pueden países como Ecuador atender las tres prioridades fiscales, sociales y ambientales a la vez?

La respuesta presentada es que se lo puede hacer, si se reemplazan los subsidios en el sector energético con una combinación de transferencias directas y mejor gasto en protección social. Es decir, aumentar las entregas de dinero en efectivo, a través de bonos, por ejemplo, a ese grupo de la población.

Durante la última década, el país gastó hasta el 7% de su presupuesto, o 2.300 millones de dólares por año, para subsidiar la gasolina, el diésel, la electricidad y el gas licuado de petróleo (GLP). Los ahorros generados por la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles podrían usarse para reducir los déficits y la deuda soberana, recortar otros impuestos y financiar inversiones en educación, salud o infraestructura.

La eliminación de los subsidios también ayudaría a reducir el consumo de combustibles fósiles. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que, en conjunto, el costo social del calentamiento global, la contaminación del aire, los accidentes, y los daños causados por la sobreutilización de la energía subsidiada en Ecuador, es tres veces mayor que el costo fiscal de los subsidios energéticos.

Costo vs. eficiencia
Según el estudio, los subsidios energéticos son “increíblemente caros y no discriminan a los hogares pobres y ricos”. Como los hogares más ricos consumen más, los subsidios tienden a beneficiarlos más. En Ecuador, cuesta 15,5 dólares transferir un dólar a hogares pobres usando subsidios a la gasolina. Es decir, que el Estado deja de invertir esos 15 dólares en áreas como educación y salud, pero la población más pobre apenas recibe un dólar.

2.300
millones al año le cuestan al Estado los subsidios energéticos. Los subsidios al GLP son los menos ineficientes, ya que los hogares de todos los niveles de ingresos tienen un consumo similar, pero todavía le cuestan al Gobierno 5,2 dólares por cada dólar transferido a un hogar pobre.
Según María Inés Lozano, experta en economía del desarrollo, el desafío es deshacerse de los subsidios energéticos y proteger a los hogares pobres. “Las vías más eficientes y baratas son las transferencias directas y el mejoramiento de la calidad del gasto social”, dijo.

Las transferencias de efectivo son una de las mejores herramientas para brindar asistencia social, además son económicamente eficientes. En Ecuador, al Gobierno le cuesta alrededor de 2 dólares desembolsar uno a un hogar pobre que usa el Bono, que es considerablemente más barato que los subsidios de energía.

Algunas propuestas
Un aumento de los desembolsos del Bono en 46 dólares por mes sería suficiente para compensar a los ecuatorianos pobres por el impacto promedio de eliminar todos los subsidios a la energía. Además, aumentar el Bono costaría menos que esos subsidios y el Gobierno ahorraría 1.300 millones al año. Ese dinero podría usarse para reducir el déficit, estimular la economía o financiar otras prioridades de desarrollo social.

EL DATO
Estos valores incluyen combustibles, luz y gas. Un conjunto de otras acciones adicionales podría aumentar el ahorro anual a, por lo menos, $1.600 millones. Entre ellas: reemplazar subsidios a la gasolina y la electricidad por un aumento de 17 dólares en los desembolsos del Bono; eliminar subsidios al diésel, pero el transporte público es gratuito para los ecuatorianos más pobres; o eliminar los subsidios al GLP, pero todos los hogares pobres reciben un cilindro gratis por mes. (JS)

Posibilidades
Impactos en los más pobres

° Eliminación subsidio al GLP costaría entre 2,5% y 3% de los ingresos.
Eliminación subsidios a la electricidad y al diésel costaría alrededor del 2% de los ingresos.

° Eliminación subsidios a las gasolinas costaría entre el 1% y el 1,5% de los ingresos.

° Todos esos impactos pueden ser cubiertos con transferencias directas y otras medidas alternativas.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hecho con apoyo de expertos nacionales y extranjeros, busca responder esta pregunta: ¿Pueden países como Ecuador atender las tres prioridades fiscales, sociales y ambientales a la vez?

La respuesta presentada es que se lo puede hacer, si se reemplazan los subsidios en el sector energético con una combinación de transferencias directas y mejor gasto en protección social. Es decir, aumentar las entregas de dinero en efectivo, a través de bonos, por ejemplo, a ese grupo de la población.

Durante la última década, el país gastó hasta el 7% de su presupuesto, o 2.300 millones de dólares por año, para subsidiar la gasolina, el diésel, la electricidad y el gas licuado de petróleo (GLP). Los ahorros generados por la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles podrían usarse para reducir los déficits y la deuda soberana, recortar otros impuestos y financiar inversiones en educación, salud o infraestructura.

La eliminación de los subsidios también ayudaría a reducir el consumo de combustibles fósiles. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que, en conjunto, el costo social del calentamiento global, la contaminación del aire, los accidentes, y los daños causados por la sobreutilización de la energía subsidiada en Ecuador, es tres veces mayor que el costo fiscal de los subsidios energéticos.

Costo vs. eficiencia
Según el estudio, los subsidios energéticos son “increíblemente caros y no discriminan a los hogares pobres y ricos”. Como los hogares más ricos consumen más, los subsidios tienden a beneficiarlos más. En Ecuador, cuesta 15,5 dólares transferir un dólar a hogares pobres usando subsidios a la gasolina. Es decir, que el Estado deja de invertir esos 15 dólares en áreas como educación y salud, pero la población más pobre apenas recibe un dólar.

2.300
millones al año le cuestan al Estado los subsidios energéticos. Los subsidios al GLP son los menos ineficientes, ya que los hogares de todos los niveles de ingresos tienen un consumo similar, pero todavía le cuestan al Gobierno 5,2 dólares por cada dólar transferido a un hogar pobre.
Según María Inés Lozano, experta en economía del desarrollo, el desafío es deshacerse de los subsidios energéticos y proteger a los hogares pobres. “Las vías más eficientes y baratas son las transferencias directas y el mejoramiento de la calidad del gasto social”, dijo.

Las transferencias de efectivo son una de las mejores herramientas para brindar asistencia social, además son económicamente eficientes. En Ecuador, al Gobierno le cuesta alrededor de 2 dólares desembolsar uno a un hogar pobre que usa el Bono, que es considerablemente más barato que los subsidios de energía.

Algunas propuestas
Un aumento de los desembolsos del Bono en 46 dólares por mes sería suficiente para compensar a los ecuatorianos pobres por el impacto promedio de eliminar todos los subsidios a la energía. Además, aumentar el Bono costaría menos que esos subsidios y el Gobierno ahorraría 1.300 millones al año. Ese dinero podría usarse para reducir el déficit, estimular la economía o financiar otras prioridades de desarrollo social.

EL DATO
Estos valores incluyen combustibles, luz y gas. Un conjunto de otras acciones adicionales podría aumentar el ahorro anual a, por lo menos, $1.600 millones. Entre ellas: reemplazar subsidios a la gasolina y la electricidad por un aumento de 17 dólares en los desembolsos del Bono; eliminar subsidios al diésel, pero el transporte público es gratuito para los ecuatorianos más pobres; o eliminar los subsidios al GLP, pero todos los hogares pobres reciben un cilindro gratis por mes. (JS)

Posibilidades
Impactos en los más pobres

° Eliminación subsidio al GLP costaría entre 2,5% y 3% de los ingresos.
Eliminación subsidios a la electricidad y al diésel costaría alrededor del 2% de los ingresos.

° Eliminación subsidios a las gasolinas costaría entre el 1% y el 1,5% de los ingresos.

° Todos esos impactos pueden ser cubiertos con transferencias directas y otras medidas alternativas.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hecho con apoyo de expertos nacionales y extranjeros, busca responder esta pregunta: ¿Pueden países como Ecuador atender las tres prioridades fiscales, sociales y ambientales a la vez?

La respuesta presentada es que se lo puede hacer, si se reemplazan los subsidios en el sector energético con una combinación de transferencias directas y mejor gasto en protección social. Es decir, aumentar las entregas de dinero en efectivo, a través de bonos, por ejemplo, a ese grupo de la población.

Durante la última década, el país gastó hasta el 7% de su presupuesto, o 2.300 millones de dólares por año, para subsidiar la gasolina, el diésel, la electricidad y el gas licuado de petróleo (GLP). Los ahorros generados por la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles podrían usarse para reducir los déficits y la deuda soberana, recortar otros impuestos y financiar inversiones en educación, salud o infraestructura.

La eliminación de los subsidios también ayudaría a reducir el consumo de combustibles fósiles. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que, en conjunto, el costo social del calentamiento global, la contaminación del aire, los accidentes, y los daños causados por la sobreutilización de la energía subsidiada en Ecuador, es tres veces mayor que el costo fiscal de los subsidios energéticos.

Costo vs. eficiencia
Según el estudio, los subsidios energéticos son “increíblemente caros y no discriminan a los hogares pobres y ricos”. Como los hogares más ricos consumen más, los subsidios tienden a beneficiarlos más. En Ecuador, cuesta 15,5 dólares transferir un dólar a hogares pobres usando subsidios a la gasolina. Es decir, que el Estado deja de invertir esos 15 dólares en áreas como educación y salud, pero la población más pobre apenas recibe un dólar.

2.300
millones al año le cuestan al Estado los subsidios energéticos. Los subsidios al GLP son los menos ineficientes, ya que los hogares de todos los niveles de ingresos tienen un consumo similar, pero todavía le cuestan al Gobierno 5,2 dólares por cada dólar transferido a un hogar pobre.
Según María Inés Lozano, experta en economía del desarrollo, el desafío es deshacerse de los subsidios energéticos y proteger a los hogares pobres. “Las vías más eficientes y baratas son las transferencias directas y el mejoramiento de la calidad del gasto social”, dijo.

Las transferencias de efectivo son una de las mejores herramientas para brindar asistencia social, además son económicamente eficientes. En Ecuador, al Gobierno le cuesta alrededor de 2 dólares desembolsar uno a un hogar pobre que usa el Bono, que es considerablemente más barato que los subsidios de energía.

Algunas propuestas
Un aumento de los desembolsos del Bono en 46 dólares por mes sería suficiente para compensar a los ecuatorianos pobres por el impacto promedio de eliminar todos los subsidios a la energía. Además, aumentar el Bono costaría menos que esos subsidios y el Gobierno ahorraría 1.300 millones al año. Ese dinero podría usarse para reducir el déficit, estimular la economía o financiar otras prioridades de desarrollo social.

EL DATO
Estos valores incluyen combustibles, luz y gas. Un conjunto de otras acciones adicionales podría aumentar el ahorro anual a, por lo menos, $1.600 millones. Entre ellas: reemplazar subsidios a la gasolina y la electricidad por un aumento de 17 dólares en los desembolsos del Bono; eliminar subsidios al diésel, pero el transporte público es gratuito para los ecuatorianos más pobres; o eliminar los subsidios al GLP, pero todos los hogares pobres reciben un cilindro gratis por mes. (JS)

Posibilidades
Impactos en los más pobres

° Eliminación subsidio al GLP costaría entre 2,5% y 3% de los ingresos.
Eliminación subsidios a la electricidad y al diésel costaría alrededor del 2% de los ingresos.

° Eliminación subsidios a las gasolinas costaría entre el 1% y el 1,5% de los ingresos.

° Todos esos impactos pueden ser cubiertos con transferencias directas y otras medidas alternativas.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hecho con apoyo de expertos nacionales y extranjeros, busca responder esta pregunta: ¿Pueden países como Ecuador atender las tres prioridades fiscales, sociales y ambientales a la vez?

La respuesta presentada es que se lo puede hacer, si se reemplazan los subsidios en el sector energético con una combinación de transferencias directas y mejor gasto en protección social. Es decir, aumentar las entregas de dinero en efectivo, a través de bonos, por ejemplo, a ese grupo de la población.

Durante la última década, el país gastó hasta el 7% de su presupuesto, o 2.300 millones de dólares por año, para subsidiar la gasolina, el diésel, la electricidad y el gas licuado de petróleo (GLP). Los ahorros generados por la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles podrían usarse para reducir los déficits y la deuda soberana, recortar otros impuestos y financiar inversiones en educación, salud o infraestructura.

La eliminación de los subsidios también ayudaría a reducir el consumo de combustibles fósiles. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que, en conjunto, el costo social del calentamiento global, la contaminación del aire, los accidentes, y los daños causados por la sobreutilización de la energía subsidiada en Ecuador, es tres veces mayor que el costo fiscal de los subsidios energéticos.

Costo vs. eficiencia
Según el estudio, los subsidios energéticos son “increíblemente caros y no discriminan a los hogares pobres y ricos”. Como los hogares más ricos consumen más, los subsidios tienden a beneficiarlos más. En Ecuador, cuesta 15,5 dólares transferir un dólar a hogares pobres usando subsidios a la gasolina. Es decir, que el Estado deja de invertir esos 15 dólares en áreas como educación y salud, pero la población más pobre apenas recibe un dólar.

2.300
millones al año le cuestan al Estado los subsidios energéticos. Los subsidios al GLP son los menos ineficientes, ya que los hogares de todos los niveles de ingresos tienen un consumo similar, pero todavía le cuestan al Gobierno 5,2 dólares por cada dólar transferido a un hogar pobre.
Según María Inés Lozano, experta en economía del desarrollo, el desafío es deshacerse de los subsidios energéticos y proteger a los hogares pobres. “Las vías más eficientes y baratas son las transferencias directas y el mejoramiento de la calidad del gasto social”, dijo.

Las transferencias de efectivo son una de las mejores herramientas para brindar asistencia social, además son económicamente eficientes. En Ecuador, al Gobierno le cuesta alrededor de 2 dólares desembolsar uno a un hogar pobre que usa el Bono, que es considerablemente más barato que los subsidios de energía.

Algunas propuestas
Un aumento de los desembolsos del Bono en 46 dólares por mes sería suficiente para compensar a los ecuatorianos pobres por el impacto promedio de eliminar todos los subsidios a la energía. Además, aumentar el Bono costaría menos que esos subsidios y el Gobierno ahorraría 1.300 millones al año. Ese dinero podría usarse para reducir el déficit, estimular la economía o financiar otras prioridades de desarrollo social.

EL DATO
Estos valores incluyen combustibles, luz y gas. Un conjunto de otras acciones adicionales podría aumentar el ahorro anual a, por lo menos, $1.600 millones. Entre ellas: reemplazar subsidios a la gasolina y la electricidad por un aumento de 17 dólares en los desembolsos del Bono; eliminar subsidios al diésel, pero el transporte público es gratuito para los ecuatorianos más pobres; o eliminar los subsidios al GLP, pero todos los hogares pobres reciben un cilindro gratis por mes. (JS)

Posibilidades
Impactos en los más pobres

° Eliminación subsidio al GLP costaría entre 2,5% y 3% de los ingresos.
Eliminación subsidios a la electricidad y al diésel costaría alrededor del 2% de los ingresos.

° Eliminación subsidios a las gasolinas costaría entre el 1% y el 1,5% de los ingresos.

° Todos esos impactos pueden ser cubiertos con transferencias directas y otras medidas alternativas.