La Panamericana

Andrés Pachano

Las esperas son útiles, sirven de mucho, casi siempre son necesarias.

Hemos esperado algunos días, desde la última “visita” del señor Presidente Constitucional de la República a esta nuestra ciudad de Ambato realizada el pasado 21 de agosto, en la esperanza de alguna información positiva que anuncie la concreción de ejecuciones de proyectos o ideas necesarias para la colectividad. Mediante la prensa y por medio de las redes sociales se ha comunicado de la posibilidad de financiamiento, mediante créditos del Banco del Estado del Ecuador, para la ejecución de los embalses multipropósito de Chiquicahua y Pampas de Salasaca, necesarios e importantes proyectos de interés provincial; la dotación de agua para la agricultura y para el consumo humano han sido a través de la historia de Tungurahua la constante de sus habitantes, de ahí que es satisfactorio conocer que se apuren gestiones para la concreción de esos proyectos. Resta, sin embargo, conocer si el financiamiento hacia el Gobierno Provincial será mediante un crédito pagadero por nuestra entidad seccional o si será asumido por el Gobierno Nacional.

Siempre hay peros, siempre los habrá… De nuevo con la misma cantaleta dirán los panegiristas de los centralismos; si, es necesario volver con la repetida e insistente cantaleta. Se esperaba un anuncio, sobre la continuación de la ampliación a tres carriles por sentido de la vía Panamericana en el decurso de la provincia de Tungurahua, pero no; la espera de noticias sobre este aspecto ha sido infructuosa, desalentadora: ni una palabra.

Esa obra es, para nosotros, el ejemplo palmario de la desatención, del hacer oídos sordos a las insistentes, es indiferencia, por decir lo menos; no es posible creer que sea el ejemplo de la ofensa y la animadversión hacia Tungurahua por parte del Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Insistamos en recordar que los trabajos están detenidos en las goteras del límite con Cotopaxi y que se trabaja en la ampliación en Tuntataco de Chimborazo, pero en nuestra jurisdicción nada, ¡nada señor Presidente!

Más parece una indolente carcajada espetada por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas. ¿Hasta cuándo?