La edad un problema en ecuador

Pablo Fabián Ortiz Muñoz

Uno de los aspectos más controversiales que se ha presentado últimamente en la sociedad ecuatoriana es sumar años a su vida de trabajo. Según se puede observar muchas personas que han alcanzado los 40 años y más, son considerados viejos en el sector productivo.

Tanto el sector burocrático, como el sector privado, tienen sus razones para imponer tales absurdeces a este sector de la población. Para gente especializada en la temática muchos de estos ciudadanos están en el goce de su capacidad intelectual y física, además de contar con un extenso grado de madurez que le permita tomar las decisiones correctas en cualquier momento y cuando lo requieran las actividades en la que sus competencias le permiten.

Con esto, no estoy minimizando, ni despreciando el ímpetu de la juventud, en toda sociedad el trajinar de misma requiere de esa fuerza laboral, de ese esmero. Pero siempre acompañada de un poco de práctica. La experiencia nunca sobra y que necesaria resulta cuando los problemas se presentan.

El asunto es complejo, por el lado de la burocracia los doctos los quieren jóvenes, manipulables, sin criterio, obedientes y serviles, como ejemplo la voz de la juventud en la época robada. Por el otro lado, en el sector privado, gente joven, bajos sueldos y por su puesto alta rentabilidad.

Así es el país, pero no todo está dicho, existe otro problema y aún más grave, los mayorcitos también tienen lo suyo y hay que decirlo, se acostumbraron a vegetar, son corruptos o cómplices de actos de corrupción, en su mayoría son serviles, todo lo quieren de agache, mientras haya jóvenes que trabajen por ellos; si consideran que mi criterio es exagerado solo visiten una institución pública.

Nos queda claro que esto es herencia, no del gobierno pasado o del actual, de todos los gobiernos de turno. Todo político que llega al poder tiene compromisos, todo gerente de una empresa igual. El primero con los donadores de diezmos y de porcentajes; el segundo con los dueños del capital, así conciudadanos el círculo vicioso no tiene cura.(O)

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