Felicidad

PATRICIO CÓRDOVA CEPEDA

El ser humano nació para ser libre y feliz, no de otra manera entendemos el designio del Supremo Hacedor del Universo para quiénes habitamos la Tierra. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, debería estar dedicado a este sublime encargo: Recibir y dar felicidad. Además, no cuesta nada una sonrisa, una palabra amable, un apretón de manos, un abrazo solidario, todo cobijado por un ambiente de sinceridad absoluta. Cuando recibimos buen trato no olvidamos jamás esa actitud y la replicamos de forma indefinida.

El Papa Francisco nos dice que “Cuando tocamos algo, dejamos nuestras huellas dactilares. Cuando tocamos la vida de la gente, dejamos nuestra identidad. La vida es buena cuando estás feliz, pero la vida es mucho mejor cuando los demás son felices gracias a ti”

Nadie puede desconocer esta sublime verdad, por ello uno de los mejores comediantes del mundo, nativo de América, el mexicano Mario Moreno Cantinflas, nos dice: “La primera obligación de todo ser humano es ser feliz. La segunda es hacer feliz a los demás”. Sabias palabras de un hombre humilde que en su trayectoria artística puso su mejor esfuerzo para que todos seamos felices, para arrancar con alegría, a los corazones más duros, risas y carcajadas, para lograr mayor sensibilidad en lo que hacemos y entregarnos con franqueza al bienestar colectivo, para cumplir nuestra misión terrenal.

Este comportamiento positivo para generar felicidad debe ser permanente, sin condiciones, libre y voluntario, espontáneo y necesario, por ello el Papa concluye: “Vivir para los demás es una regla de la naturaleza. Todos hemos nacido para ayudarnos mutuamente. No importa cuan difícil es la situación en la que te encuentres, sigue haciendo el bien a los demás”