La pobreza, doctor

FAUSTO MERINO MANCHENO

Ochenta mil, sí amigos lectores, 80 mil candidatos para competir por menos de dos mil cargos que conducen los destinos -progreso o retroceso- de las comarcas rurales, parroquiales, cantonales y provinciales del país. Y hay muchos conocidos que intentarán repetir sus dignidades o indignidades. En Muisne hay 14 listas cada una con más de 20 candidatos. Es un récord nacional hablando de porcentajes frente a 20.000 votantes. Y todo para tratar de llegar a un Municipio quebrado, ineficiente y con mucho rabo de paja.

Por suerte no todos los candidatos ambicionan el poder. Algunos solo el dinero de los sueldos. Otros, el esquilme de las coimas, porcentajes y fraudes. Una minoría, estará presente para aportar con su inteligencia, ponderación, honradez y buena voluntad, tratando de enrumbar por buen destino los propósitos de mejorar las condiciones de vida en la que se desenvuelvan sus mandantes. También, con coraje y valentía fiscalizarán la economía de los máximos dirigentes y en este afán fiscalizador pondrán en riesgo hasta sus propias vidas. Algún sencillo ciudadano, cuando comentábamos los miles de candidatos y el porqué de este frenesí de participación, me decía, “doc, es la pobreza”.

La deshonestidad y la corrupción son males tan enraizados que, si no se fabrican leyes más drásticas y castigos severos en su contra, se vuelven inútiles las actuales medidas. Como ejemplo: cuánto latrocinio se ha descubierto en el gobierno de Correa y cuántos miserables se siguen descubriendo cuando pasan los días. Y no pasan de una docena quienes están aprehendidos. ¿Y lo robado? desviado a familiares, amigos o a cuentas en el extranjero. Cuando purguen sus ridículas condenas en celdas dotadas de todas las comodidades y seguridades, se nos reirán en la cara o irán al exterior a vivir como millonarios. Quién sabe si en unos pocos años se vuelvan a presentar como candidatos a algo o regresen a dirigir empresas públicas millonarias donde repetirán sus mañoserías.

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