César Montúfar le pediría disculpas a Glas si fuera inocente

Montúfar es académico y el director del movimiento Concertación.
Montúfar es académico y el director del movimiento Concertación.

El exasambleísta César Montúfar ha sido una de las principales figuras en la lucha contra la corrupción en Ecuador, por lo que es acusador particular del caso Odebrecht.

Similar a la de don Quijote de la Mancha ha sido la lucha del exlegislador César Montúfar que, luego de perder elecciones y presentar tres denuncias penales que a nadie importó, sigue obsesionado con combatir la corrupción. Sus esfuerzos, sin embargo, no han quedado en nada. El juez nacional Miguel Jurado, en un precedente procesal histórico, aceptó que participe como acusador particular en el proceso de asociación ilícita que por la trama de Odebrecht se sigue contra el vicepresidente Jorge Glas, su tío Ricardo Rivera, el excontralor Carlos Pólit y otros 15 procesados.

¿Qué le impulsó a estar detrás del caso de corrupción de Odebrecht?

El sentimiento de muchísimos ecuatorianos de mirar con impotencia, con frustración, a ratos con ira, un entramado brutal de corrupción. No creo que la corrupción fue invento de la Revolución Ciudadana, pero creo que lo que hemos ido conociendo dan cuenta de una estructura organizada y esa impotencia me hizo presentar tres denuncias penales en contra del vicepresidente, alrededor de los Sectores Estratégicos y, finalmente, al ver que tampoco las investigaciones de la Fiscalía avanzaban, ir hacia la acusación particular.

Usted califica esa acusación particular como algo histórico, ¿por qué?

Porque es la primera vez que en un caso de corrupción se aplica la figura del acusador particular, una figura normal en los casos privados. Para poder presentar una acusación particular es necesario ser calificado como víctima, y en las definiciones que da el Código Orgánico Integral Penal (COIP) dice que puede ser víctima cualquier persona que exprese ser afectada directamente por una infracción que se comete en contra de un interés colectivo o difuso. La doctrina de los derechos e intereses colectivos, establece que estos son aquellos en los que todas las personas están involucradas, por ejemplo, el derecho a vivir en un ambiente sano. En este caso, está nuestro derecho a un país libre de corrupción. Es la primera vez en la historia que un ciudadano se presenta como acusación particular en un caso que tiene que ver con corrupción.

Ante los hechos de corrupción, ¿las acciones ciudadanas han logrado un papel importante?

Ha sido el periodismo de investigación, ciudadanos y colectivos los que han tomado el liderazgo en las denuncias sobre temas de corrupción. Diez años de control total por parte del Ejecutivo, de todos los organismos de control y de una Asamblea maniatada para hacer control político y fiscalización. Ese papel lo pasó a cumplir de manera muy importante estos actores de la sociedad. En el tema de la acusación particular, es una posibilidad que para que los ciudadanos y los colectivos puedan hacer uso de esta figura, y el COIP establece que cuando hay más de 2, para que no se desordene el proceso, tendrán un procurador común. Es decir, desde ahora en adelante debería ser pertinente y posible, hasta visto como normal, que siempre esté la sociedad participando como acusadora en procesos de corrupción. Creo que esto puede ayudar a las instituciones.

Sus críticos podrían decirle que usted está buscando protagonismo.

Yo creo que todas las personas tienen el derecho a calificar como consideren el accionar de un actor público, porque evidentemente esto es una actoría ciudadana, judicial y pública, yo no me siento autorizado a calificar a quienes puedan tener cualquier opinión sobre lo que esta acusación particular puede representar en este momento.

Si se comprueba su inocencia, ¿le pedirá perdón a Glas?

Yo descartó totalmente esa posibilidad después de mirar todos los elementos de convicción y los indicios que han sido recogidos en la instrucción fiscal. Pero, evidentemente, si llegara a darse eso, porque este es un proceso entre humanos, por supuesto que lo haría, no solamente que pediría disculpas si fuera el caso sino que me tendría que atener a las consecuencias de haber presentado una acusación falsa.

¿Ha sentido miedo desde que lucha contra personas tan poderosas?

Sí, me da miedo, pero ya tomé una decisión y la voy a seguir hasta el final. Lo que el Ecuador requiere en este momento es una operación de transparencia, un baño de verdad y, sobre todo, buscar reparaciones.

¿Es optimista respecto del proceso de consulta popular que plantea Moreno?

Las preguntas evidentemente se quedan cortas frente a la necesidad que requiere una reforma política, sin embargo, me parece que es un paso importante. Evidentemente, esto deja pendiente la reforma constitucional profunda que se requiere en ámbitos como justicia, híper-presidencialismo, relación economía y Estado, por decirle algunos temas.

¿Cree en la buena voluntad del presidente?

En estos casos no es un tema de confiar o no en la buena voluntad de las personas, yo creo que estamos ante un proceso político, histórico. Hay una gran presión ciudadana y de la opinión pública, así como el peso de la realidad, que dan cuenta que el modelo del correísmo tenía que irse desmontando y tenía que irse transformando.

Da la impresión de que la corrupción no es un tema que influye en los electores.

Yo creo que hoy la corrupción es uno de los principales temas de preocupación para la ciudadanía, siempre lo ha sido, pero creo que en el momento anterior el gobierno de Correa tenía a su servicio todo un aparato de propaganda dedicado a desviar, minimizar y a esconder lo que estaba sucediendo.

¿Cree que para estos casos, como el de Odebrecht, prime la independencia judicial?

Este es el proceso más importante en este momento crucial que vive el Ecuador, es tan importante no sólo porque está involucrado el vicepresidente sino porque desnuda cual fue el modus operandi de la revolución ciudadana para construir este andamiaje de corrupción sistemática y estructural. El fiscal general fue y sigue siendo, me imagino, una persona absolutamente afín al proyecto político y al gobierno que debe ser investigado, lo que sería impensable en un país sostenido en un sistema institucional y democrático. Sin embargo, le digo, yo no había tenido relación con la Fiscalía, pero la es una institución mucho más amplia y diversa, y uno puede ver el trabajo profesional de funcionarios de carrera que hacen bien lo que tienen que hacer.