Lo comparó con Napoleón, por ‘autoritario’. Dijo que Ecuador no puede tener un vicepresidente sin funciones.
El presidente, Lenín Moreno, invitó ayer a 10 periodistas para conversar con él en el Palacio de Carondelet. Ante la pregunta de Diego Oquendo sobre si hay responsabilidad política del expresidente Rafael Correa en los casos de corrupción, Moreno respondió: “Claro que hay responsabilidad política en todo lo ocurrido”. Y lo dijo tras una amplia reflexión en la que comparó a su antecesor con Napoleón.
Aseveró que el temperamento de Correa fue necesario para recuperar el país de los poderes fácticos, pero luego dice que hubo “una etapa sombría” caracterizada por el deseo “desmesurado de perpetuarse en el poder”, lo cual se vio, según el Presidente, en las reformas constitucionales de 2015, donde se desbarató “el concepto que teníamos en Montecristi”. “Temprano o tarde, la mayoría de compañeros nos percatamos y es una pena que, definitivamente, estamos purgando”, argumentó.
El mandatario recordó que Ludwing van Beethoven borró, con su propio puño, la dedicatoria de Heroica, su tercera sinfonía, al emperador Napoleón Bonaparte, ya que “el hombre que presumía que iba a llevar a toda Europa las conquistas de la Revolución Francesa”, abandonó esa misión por “su comportamiento autoritario”.
Sobre Glas
Pero Moreno no se quedó ahí. Luego aseguró: “el país no puede estar con un vicepresidente que no está en capacidad de ejercer sus funciones”. En ese sentido, reiteró que cuando Correa le pidió que “cuidara a los compañeros”, “parece que teníamos distinta concepción de lo que es proteger a un amigo”.
Repitió que Correa fue “con desesperación” a Ginebra a pedirle que fuera candidato. “Mi única aspiración en la vida es llegar a ser expresidente. En esas circunstancias lo único que me falta es un ático”, sentenció.
Luego de criticar nuevamente la ausencia de ‘mesa servida’, criticó a su antecesor por tener una educación orientada específicamente a la economía, diciendo que es una desgracia tener “especialistas que tienen derecho a opinar con excesiva autoridad acerca de todo”, cuando él mismo habría dicho “jamás en la vida haber leído un clásico”, como Dostoievski o Tolstoi.
La libertad de expresión
Uno de los temas que más interés despertó en los periodistas fue las posibles reformas a la Ley de Comunicación, cuestión que, según el mandatario, Lenín Moreno, no se incluyó en la consulta popular porque las mesas de diálogo continúan y no han emitido aún sus propuestas. Por eso anunció que esta “no será la única consulta, el pueblo debe ser consultado”.
Moreno agregó que el problema de la Ley de Comunicación es su aplicación, ya que cuando hay un “gobierno democrático, pluralista, que defiende con tolerancia y respeto a la opinión de los demás”, esa Ley “sale sobrando”.
Reiteró su criterio de que esa Ley tiene elementos positivos y dijo que, a veces, piensa que la comunicación es derecho y también servicio público, lo cual fue cuestionado por Diego Oquendo, que le aclaró: “no es un servicio público, es un servicio al público, la diferencia es sutil, pero es sustantiva”. Moreno concluyó que lo había dejado pensando.
Periodistas
Los invitados
Alfonso Espinosa de los Monteros
Diego Oquendo
Carlos Rabascall
Patricia Estupiñan
Eduardo Mendoza
Miguel Rivadeneira
Mónica Almeida
Rafael Cuesta
Janeth Hinostroza