En lo que va de 2017 ya se han dado incendios que han afectado a 229 hectáreas de bosques y páramos.
Con el afán de reducir la incidencia negativa en flora y fauna a causa de los incendios en época de verano, la Secretearía de Riesgos, el Ministerio del Ambiente y el ECU-911 anunciaron la unión de esfuerzos de estas y otras instituciones para estar alertas y combatir el fuego en los páramos y bosques, como parte del programa ‘Amazonía sin fuego’ que este año se presentó bajo el lema ‘Algo nuestro se quema’.
Tarsicio Granizo, ministro de Ambiente, manifestó que los incendios en páramos y bosques tienen impactos graves directos e indirectos, porque afectan a la flora y a la fauna de cada zona. Los procesos de recuperación son lentos y dependen del ecosistema afectado. En todo caso, “los incendios en los bosques son más perniciosos, más dañinos para la fauna y la flora que lo que podría pasar en los páramos”.
En los páramos se afecta a conejos, lobos, nidos de aves y otras especies pequeñas; mientras que en los bosques la fauna es más grande, muchos, de los cuales son alcanzados por el fuego y quedan heridos y mueren y otros huyen de su hábitat. Por lo general la fauna tarda en regresar al sitio original.
Siniestros graves
El combate terrestre de los incendios forestales cuesta entre 5 mil y 20 mil dólares la hora y si es vía aérea el valor puede ser entre 50 mil y 70 mil dólares la hora, informó el ministro Granizo. Por eso, señaló que es importante invertir un poco en prevención para reducir estos costos.
Añadió que según los ejes del programa ‘Amazonía sin fuego’, se trabaja en planes de contingencia y una estrategia nacional de incendios, técnicas de prevención y control, alternativas al uso de fuego, educación, institucionalidad y un sistema de alerta temprana.
Ocles informó que se han realizado campañas en instituciones educativas y se ha trabajado con gobiernos locales y organizaciones sociales para hacer un equipo y generar conciencia en cada uno de los territorios.
En los últimos años
De acuerdo con datos proporcionados por la Secretaría de Gestión de Riesgos, desde 2012 hasta la fecha se han producido 7.655 incendios forestales en Azuay, Bolívar, Cañar, Carchi, Chimborazo, Cotopaxi, Guayas, Manabí, El Oro, Tungurahua, siendo Loja, Imbabura y Pichincha donde se registraron mayor cantidad de eventos. Estos cobraron la vida de 14 personas.
Mientras que el reporte del ECU-911, según su director general, Andrés Sandoval, es que la tendencia de los incendios es a la baja. Hasta septiembre de 2015 se reportaron 2.369 incendios forestales y en el mismo periodo de 2016 fueron 717, lo que significa una disminución de más del 70%, una tendencia como resultado de las campañas de prevención. Reiteró que el país cuenta con los recursos técnicos y humanos para combatir los flagelos. “Estamos preparados y en constante actualización para mejorar tiempos de respuesta, pero el objetivo es prevenir”, puntualizó.
Llamado de un amante de la naturaleza
“Yo amo mi oficina que son las montañas”, manifestó el andinista ecuatoriano Iván Vallejo, quien se suma a los objetivos de cuidar la naturaleza y prevenir todos los daños.
Hizo un llamado para aumentar las voces de todos los ciudadanos para transformarse en soldados de la naturaleza a la que se debe demostrar amor, cuidado y protección. “Debemos buscar un Ecuador verde para rato”, insistió. (CM)
Costumbres
La quema agrícola es una tradición de las comunidades indígenas y campesinas del país y es complicado romper con esa parte de la cosmovisión, pero es importante ayudar a realizarlas de manera controlada para evitar que provoquen incendios dijo Alexandra Ocles, secretaria de Gestión de Riesgos.
De acuerdo con el ministro del Ambiente, Tarsicio Granizo, muchas veces la gente quema los pajonales para reverdecerlos con las primeras lluvias, obtener pasto más joven y proporcionar un alimento más nutritivo a sus animales.
Sanciones
El Art. 246 del Código Integral Penal, relacionado a los Incendios forestales y de vegetación, dice que: “La persona que provoque directa o indirectamente incendios o instigue la comisión de tales actos, en bosques nativos o plantados o páramos, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años. Se exceptúan las quemas agrícolas o domésticas realizadas por las comunidades o pequeños agricultores dentro de su territorio. Si estas quemas se vuelven incontrolables y causan incendios forestales, la persona será sancionada por delito culposo con pena privativa de libertad de tres a seis meses.
Si como consecuencia de este delito se produce la muerte de una o más personas, se sancionará con pena privativa de libertad de 13 a 16 años”.