Como es de conocimiento público, a través de una rueda de prensa de la Comisión Nacional Anticorrupción, creada a iniciativa de organizaciones sociales, sindicales y campesinas del Ecuador, la cualhizo entrega a sus mandantes de la primera investigación sobre el caso de la Hidroeléctrica Manduriacu, inaugurada el 19 de mayo de 2015, declarada “obra emblemática” en 2011 en un enlace sabatino. Hoy quiero referirme a los antecedentes que nos llevaron a realizar esta investigación.
El pueblo ecuatoriano y, de manera particular, los trabajadores organizados, las agrupaciones indígenas, intuían que estamos en medio de la corrupción en las diversas iniciativas y acciones del poder público. Así se desprende del texto de los “nombramientos” que nos fueron entregados de parte de dicho conglomerado, depositando su confianza en un grupo de ciudadanos que hemos venido actuando junto a ellos de diversas maneras.
Se trataba de estructurar un organismo que, en forma autónoma, procediera a la investigación seria de lo que sucede en nuestra nación. Respondiendo a ello se constituyó la Comisión Nacional Anticorrupción que ha dado a conocer el resultado de un primer estudio. Como ya fuera expresado por nuestro coordinador, estamos decididos a ir hasta la denuncia ante los órganos jurisdiccionales, bajo la responsabilidad de cada uno de los miembros.
Las primeras reacciones adversas han aparecido, pero la Comisión y cada uno de sus miembros nos encontramos en capacidad de responder de manera objetiva y por encima de cualquier postura de carácter político, mediante los datos obtenidos. Hay que agradecer la confianza y el respaldo ofrecido por las organizaciones populares que fue reiterada por sus dirigentes en el acto de la rueda de prensa, en forma unánime.