La izquierda gobierna América Latina, pero esta vez en recesión

El presidente de Argentina, Alberto Fernández (i), se reunió con el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. EFE
El presidente de Argentina, Alberto Fernández (i), se reunió con el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. EFE

La luna de miel con los políticos progresistas está durando muy poco. Los ciudadanos quieren seguridad y empleo.

REDACCIÓN AMÉRICA

El triunfo en Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, cerró un mapa que empezó a dibujarse en 2018 con Andrés Manuel López Obrador en México y al que se sumaron los de Alberto Fernández (Argentina), Pedro Castillo (Perú), Gabriel Boric (Chile) y Gustavo Petro (Colombia), pero que también está marcado por la austeridad y la recesión.

Así, este nuevo impulso de la izquierda regional, enfrenta un complicado panorama debido a circunstancias políticas que provocan una pérdida de confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas a causa de la inequidad social, la pobreza, la corrupción generalizada, el ascenso del populismo y la presencia del crimen organizado, entre otros factores.

“Lo que estamos viendo en América Latina es a la gente votando contra los que están en el poder, castigándolos y mandándolos a la oposición”, comenta Patricio Navia, profesor titular de estudios liberales de la Universidad de Nueva York.

Decepción casi instantánea

Este es un fenómeno que afecta incluso a presidentes que han sido elegidos recientemente, como es el caso de Boric, que asumió la presidencia de Chile en marzo y cuyo índice de aprobación está por debajo del 30%.

En tanto, el índice de aprobación del presidente colombiano, Gustavo Petro -que asumió en agosto pasado-, descendió 10 puntos, del 56 al 46 por ciento, en apenas dos meses y medio.

“La gente se decepciona de forma relativamente rápida de sus nuevas autoridades, porque la situación económica es muy complicada, porque hay inflación y no hay suficiente crecimiento. Eso hace que los Gobiernos terminen pronto su luna de miel y afronten desafíos muy complejos”, agrega el también profesor de la Universidad Diego Portales de Chile. EFE

Las políticas que impone la recesión

El FMI, la Cepal y otras instituciones económicas han rebajado las expectativas de crecimiento para la mayoría de los países de la región, que en 2023 crecerá apenas un 1,4%. Mientras tanto, los bancos centrales han optado por elevar considerablemente las tasas de interés para encarar una fortaleza del dólar que golpea a los mercados emergentes y frenar la inflación, aun a riesgo de ralentizar el crecimiento económico.

“De las veces que a los líderes de izquierda les ha tocado estar en el poder, esta va a ser la más difícil. La economía no va a crecer o va a crecer muy poco en 2023, las necesidades son muy grandes”, advierte Patricio Navia, quien señala que “aunque sean Gobiernos de izquierda, van a tener que aplicar políticas de derechas, de austeridad. Van a tener que renegociar su deuda con el FMI y destinar más recursos al pago de la deuda que a programas sociales”.

En septiembre pasado, los chilenos rechazaron de manera amplia el proyecto de nueva Constitución que impulsaba el Gobierno de Gabriel Boric.