Los expertos sugieren que acostarse demasiado temprano pero, sobre todo, demasiado tarde altera el reloj corporal, afectando a la salud.
MADRID. Irse a dormir entre las diez y las once de la noche se asocia con un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas en comparación con las horas más tempranas o más tardías, según un estudio publicado en el ‘European Heart Journal – Digital Health’, una revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
«El cuerpo tiene un reloj interno de 24 horas, llamado ritmo circadiano, que ayuda a regular el funcionamiento físico y mental –señala el autor del estudio, el doctor David Plans, de la Universidad de Exeter (Reino Unido)–. Aunque no podemos concluir la causalidad a partir de nuestro estudio, los resultados sugieren que es más probable que las horas de acostarse temprano o tarde alteren el reloj corporal, con consecuencias adversas para la salud cardiovascular».
Durante un seguimiento medio de 5,7 años, 3.172 participantes (3,6% de 88.026 individuos) desarrollaron una enfermedad cardiovascular. La incidencia fue mayor en los que dormían a medianoche o más tarde y menor en los que empezaban a dormir entre las 10:00 y las 10:59 de la noche. (EUROPAPRESS)