Así se siente el temblor financiero en EE.UU.

Crisis. La entidad financiera estadounidense Silicon Valley Bank (SVB) puso en apuros a todo el sector financiero estadounidense. EFE
Crisis. La entidad financiera estadounidense Silicon Valley Bank (SVB) puso en apuros a todo el sector financiero estadounidense. EFE

Los estragos del cierre del banco regional Silicon Valley Bank (SVB) de California ha puesto en aprietos a decenas de corporaciones.

Redacción NUEVA YORK

La reciente debacle del banco regional Silicon Valley Bank (SVB) de California, el decimosexto banco estadounidense por capitalización, ha desatado un temblor financiero en el país, que está poniendo en aprietos a una decena de corporaciones medias y pequeñas, y en menor medida a las acciones de los gigantes financieros.

Desde que las autoridades ordenaron el pasado 10 de marzo de 2023 la intervención de este banco centrado en la atracción de depósitos de empresas tecnológicas emergentes, se han multiplicado tanto las llamadas a la calma como los análisis que apuntan a que su caída responde más a una mala gestión de su capital que a debilidades del sistema.

Sin embargo, sus efectos se siguen sintiendo en Wall Street, especialmente entre empresas de mediano y pequeño tamaño.

«Los estadounidenses pueden tener confianza en que el sistema bancario es seguro. (…) En mi Administración nada ni nadie está por encima de la ley», recalcó este 13 de marzo el presidente de EE.UU., Joe Biden, en un mensaje para tranquilizar a los estadounidenses y recalcar que el sistema bancario del país «es seguro».

De momento, solo un banco, el neoyorquino Signature Bank, ha visto como la tierra se abría bajo los cimientos de sus sucursales y las autoridades, siguiendo el ejemplo de SVB, decidieron el 12 de marzo cerrar e intervenir la entidad.

El origen del problema

SVB captó miles de millones en depósitos entre 2020 y 2022 gracias a la buena marcha de las tecnológicas durante la pandemia y utilizó la mayoría de ese dinero en la compra de Bonos del Tesoro a largo plazo. Con la crisis postpandemia y la subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, que encareció el dinero, sus clientes aumentaron los gastos y ralentizaron el ritmo de sus depósitos.

Para hacer frente a la necesidad de liquidez de las empresas a las que servía, el SVB vendió Bonos del Tesoro sin madurar por $21.000 millones, lo que llevó aparejada una pérdida de $1.800 millones, que intentó compensar con una ampliación de capital.

Sin embargo, tras el anuncio de esta operación, sus acciones se desplomaron un 60% el 9 de marzo, la captación de capital se frustró y muchos clientes retiraron sus fondos, lo que ahondó la caída de sus títulos y llevó a las autoridades a intervenir la entidad para evitar que la situación se agravara. EFE

El contagio de la banca nacional

Muchos inversores temen que otros bancos, sobre todo aquellos expuestos al mismo tipo de clientes, sufran una huida repentina de depósitos que no puedan gestionar, por lo que se han lanzado a la venta de sus acciones.

First Republic (-51,42%), que cayó un 78% es uno de los bancos regionales más afectados. Otros como Western Alliance (-49%), PacWest (-47%), Comercia (-26%), Zions (-18 %) o Charles Schwab (-8,6 %) intentaban mantener la compostura a pesar de las colosales caídas de sus títulos.

A una hora del cierre de la bolsa, el subíndice KBW de bancos, dentro del Nasdaq, caía un 9,29%, aunque el sector financiero se dejaba un 2,57%, en parte gracias a que la gran banca, aunque se ha visto fuertemente afectada por la venta de acciones, sufría una sangría menor.

Así, entre las corporaciones más grandes del país, JPMorgan Chase perdía un 1,20%, Bank of America un 3,8%, Citigroup un 6,43%, Wells Fargo un 5,42% y US Bancorp un 7,2%.