Sigue reclutamiento de menores en bandas delincuenciales

RECLUTAMIENTO
Recomendaron que los donativos alimentos no preparados y agua se realicen a través del MIEES. Foto: Referencial

Los Ríos es una de las seis provincia elegida por las organizaciones criminales para enrolar jóvenes.

De acuerdo a las estadísticas proporcionadas por la Policía Nacional, en lo que va de este año se han detenido más de 300 menores de edad vinculados a diversos delitos en provincias como Esmeraldas, Manabí, Pichincha, El Oro, Los Ríos y Guayas.
Según la entidad, entre los delitos cometidos están las extorsiones, robos, tráfico de sustancias estupefacientes y hasta asesinatos.
También se destaca la captación de jóvenes en organizaciones criminales, para aquello, se realiza una ‘invitación’, comenzando con la realización de tatuajes representativos de las bandas delictivas en el país.
Este reclutamiento de menores y jóvenes es uno de los factores contribuyentes a la deserción escolar a nivel nacional.

En Quevedo

Un ejemplo de aquello ocurrió en Quevedo hace unos meses, cuando un menor de 13 años, junto a dos individuos, asaltó un autobús en una zona densamente poblada. Las cámaras de seguridad capturaron el momento en que el adolescente amenazó al conductor y robó el dinero recaudado, lo que generó indignación.
Estos casos no son aislados, decenas de situaciones similares se han reportado en la provincia de Los Ríos.
Otro incidente en la ‘Ciudad del Río’ fue protagonizado por una pareja, donde la mujer también era menor de edad.
Ambos robaron a una ciudadana desde una motocicleta, sustrayendo su cartera con todas sus pertenencias. Posteriormente, gracias a imágenes de cámaras de vigilancia, la Policía detuvo al adulto y retuvo a la adolescente, la cual fue puesta bajo custodia.

Dinero fácil

Según la Policía, en muchas ocasiones los niños y jóvenes se involucran en actividades delictivas atraídos por la perspectiva de obtener dinero fácil, debido a la falta de recursos económicos en sus hogares, lo que a su vez los lleva a abandonar sus estudios.
Los jóvenes han compartido que, una vez integrados en organizaciones delictivas, se les instruye sobre diversos temas y se les da a conocer que son inimputables ante la ley, es decir, no pueden ser juzgados como adultos con penas de privación de libertad. En lugar de eso, los aíslan y conducen a un centro de retención para menores, con la posibilidad de acceder posteriormente a un programa de rehabilitación. El objetivo es que, tras completar este proceso, puedan reintegrarse a la sociedad en un futuro. Otro factor que contribuye al reclutamiento es el consumo de drogas, ya que muchos caen en la adicción y se ven arrastrados a actividades delictivas para obtener sustancias estupefacientes como pago. Este ciclo los lleva a algunos a continuar asistiendo a las escuelas con el propósito de vender sustancias sujetas a fiscalización de manera encubierta.
Esta misma dinámica se repite con los vendedores adultos que acechan los alrededores de los centros educativos en diversas horas del día, ofreciendo a los estudiantes la oportunidad de involucrarse en actividades ilícitas.

Vidas perdidas

La Policía también ha señalado que muchos jóvenes han perdido la vida por resistirse a unirse a estas bandas delictivas o al intentar escapar de ese entorno.

Estos datos se obtienen al revisar sus antecedentes penales; además, los tatuajes con fechas que llevan en sus cuerpos los identifican con qué grupo están relacionados.

Marco I. compartió la trágica historia de su hijo de 17 años, quien fue asesinado este año por desconocidos cuando se dirigía a la cancha a hacer deporte.

Explicó que el atractivo del dinero fácil y el consumo de sustancias atraparon a su hijo y, lo llevó a una espiral de descontrol.

Con el apoyo de su esposa, lograron que buscara ayuda y lo ingresaron en un centro de rehabilitación, de donde salió ‘limpio’ y con deseos de empezar una nueva vida.

Lamentablemente cuatro meses después fue asesinado. Atribuyen la muerte a su negativa de regresar a ese entorno y por conocer el funcionamiento de estos grupos delincuenciales.

»Lo que se debe hacer es tener un mayor control de lo que hacen y con quienes se juan nuestros hijos», refirió Luz Velásquez, psicóloga de Quevedo. (LL)