¡El coloso devorador de estrellas acecha a un paso de nuestro hogar en la Vía Láctea!

agujero negro
CIENCIA. Este enorme agujero negro se formó a partir de la muerte de una estrella masiva.

Revelaciones de Gaia BH3, el Gigante Dormido que despierta secretos estelares.

Un monumental descubrimiento ha sacudido el ámbito científico: el asombroso hallazgo de un gigantesco agujero negro, apodado “el Gigante Durmiente”, situado a una distancia sorprendentemente cercana de 1.926 años luz en la constelación de Aquila. Este colosal agujero negro, conocido como Gaia BH3, fue detectado mientras los astrónomos revisaban datos del telescopio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea para su próxima publicación. A pesar de las expectativas, un movimiento peculiar capturó la atención de los investigadores: la influencia gravitacional de Gaia BH3 sobre un compañero cercano reveló su presencia.

Muchos agujeros negros “inactivos” son difíciles de detectar, ya que no tienen compañeros cercanos que los alimenten y generen luz. Sin embargo, Gaia BH3 se distingue al extraer material de estrellas compañeras, liberando rayos X brillantes detectables por telescopios. El movimiento oscilante de una antigua estrella gigante en la constelación de Aquila reveló su danza orbital con este agujero negro inactivo, siendo el tercer agujero negro inactivo detectado por Gaia.

Utilizando el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral en Chile y otros observatorios terrestres, los investigadores confirmaron la masa de Gaia BH3, ofreciendo nuevas pistas sobre la formación de estos enormes agujeros negros. Este excepcional descubrimiento, detallado en la revista Astronomy & Astrophysics, ha sorprendido a la comunidad científica, destacando su singularidad dentro de nuestra galaxia y su similitud con objetos encontrados en galaxias distantes.

El equipo también ha revelado que Gaia BH3 se formó a partir de la muerte de una estrella masiva, vinculando directamente los agujeros negros de gran masa con estrellas pobres en metales. Este descubrimiento proporciona una visión única sobre la evolución estelar y la formación de agujeros negros en nuestra galaxia. Además, la composición química de la estrella compañera sugiere una conexión con las estrellas antiguas pobres en metales de la galaxia.

El impacto transformador de la misión Gaia va más allá de su objetivo original de mapear estrellas en la Vía Láctea, brindando a los astrónomos una ventana sin precedentes para explorar el cosmos y desentrañar sus misterios.