A través de la Escuela Caprina, la Prefectura busca mejorar las prácticas caprinas en Calvas, brindando a los capricultores herramientas tecnológicas y conocimientos para potenciar la producción y calidad de vida en la región.
La Prefectura de Loja ha puesto en marcha un proyecto caprino en Calvas, con el objetivo de fomentar el interés de los capricultores por mejorar sus prácticas mediante la adopción de nuevas tecnologías, logrando resultados significativos en tiempos más cortos.
A través de la Escuela Caprina se forma a sectores dedicados a la capricultura, con énfasis en la implementación de sistemas de forraje; dado que la alimentación es fundamental en la cría de caprinos, se ha trabajado en pastizales de pastoreo con cortes adecuados, así como en la siembra de alfalfa y otras plantas forrajeras como el botón de oro. Posteriormente, se brindará conocimientos sobre sanidad, manejo y mejoramiento genético.
Para desarrollar estrategias efectivas, se identificó la necesidad de mejorar las prácticas caprinas, lo que llevó a una visita inicial a la granja de Garzareal, que administra la Prefectura en Zapotillo; esta experiencia permitió comprender la realidad de la estabulación de caprinos.
“Los capricultores de Calvas se benefician de talleres que abordan la gestión eficiente de pastos, las variedades disponibles, las etapas fisiológicas de los cortes y la evaluación de la calidad nutricional de cada pasto, teniendo en cuenta el tipo de suelo”, menciona Verónica Guerrero, técnica de Desarrollo Productivo de la Prefectura.
Este proyecto no solo representa un impulso significativo para el sector caprino en Calvas, sino que también demuestra el compromiso de la Prefectura de Loja en proporcionar herramientas y conocimientos que generen un impacto positivo en la producción y calidad de vida de los capricultores locales.