La clave para un huerto casero sin estrés es tener las herramientas y los recursos adecuados. Sigue leyendo para conocer consejos sobre cómo empezar un huerto casero con poco o ningún mantenimiento.
Los jardines domésticos necesitan muchos cuidados. Pero no tienen por qué estar llenos de quebraderos de cabeza y de mucho mantenimiento. Aunque tu casa no disponga de un gran terreno, puedes cultivar alimentos frescos en el jardín, el patio o incluso en el alféizar de la ventana.
¿Por qué cultivar tus propios alimentos?
Cultivar tus propios alimentos es una forma estupenda de ahorrar dinero, aumentar tus conocimientos sobre jardinería y nutrición, y comer más sano. Los estudios han demostrado que el contenido nutricional de los productos cultivados en casa es mayor que el de los productos comprados en la tienda, especialmente si las plantas no han sido tratadas con pesticidas. La jardinería es también una forma estupenda de pasar tiempo de calidad con la familia. Los niños aprenderán sobre nutrición y el ciclo de los alimentos, algo que a menudo se pasa por alto en la sociedad actual.
Análisis del suelo y adición de fertilizantes
Al plantar un nuevo jardín o revivir uno antiguo, asegúrese de que se analice su contenido en nutrientes. Los huertos domésticos suelen ser deficientes en nitrógeno, lo que provoca un crecimiento atrofiado y menos verduras de cada planta. Lo mejor es añadir más nitrógeno mediante un abono orgánico o un compost.
Añadir regularmente compost al suelo es una excelente manera de mantener tu jardín sano y productivo. Si tiene un jardín que ha sido descuidado, añada abono y compost antes de plantar para ayudar a revitalizar su suelo. Analizar el suelo y alimentarlo adecuadamente ayudará a que tus plantas crezcan más y con más vigor, produciendo más verduras.
Las mejores herramientas de jardinería
Las mejores herramientas de jardinería son las que te ayudan a hacer tu trabajo de forma eficiente y cómoda. Aunque las herramientas caras no siempre son mejores que las opciones más baratas, es importante tener herramientas de jardinería de calidad que sean duraderas, fáciles de usar y adecuadas a sus necesidades.
Necesitarás una pala o paleta para plantar las semillas, trasladar las plantas y mejorar el drenaje del suelo. Una regadera es esencial para regar las plantas. Incluso puedes hacer una regadera con un tarro o una botella grande. Guantes de jardinería: protege tus manos de las ampollas y los cortes utilizando guantes de jardinería. Tijeras de jardinería: tener un buen par de tijeras te facilitará mucho el trabajo. Unas tijeras de podar: las tijeras de podar son necesarias para cortar las malas hierbas y las ramas.
Rodilleras de jardinería: te ayudarán a evitar que la suciedad y el barro te manchen las rodillas y los pantalones. Una carretilla es esencial para mover grandes cantidades de tierra y fertilizante. Un rastrillo se utiliza para alisar la tierra y limpiar las hojas caídas y otros residuos. Una azada se utiliza para cultivar la tierra y eliminar las malas hierbas.
Plantación de hortalizas adecuadas para jardines de bajo o nulo mantenimiento
Hay muchas hortalizas que son adecuadas para los huertos de bajo mantenimiento. Entre ellas se encuentran las judías, el maíz, los guisantes y las verduras de hoja verde (como la col china y la lechuga). Las hortalizas de raíz, como las zanahorias, las papas y los rábanos, tampoco requieren mucha atención. Las hierbas y algunos tomates también requieren poco mantenimiento.
Algunas otras plantas, como los espárragos, son más adecuadas para los huertos no artificiales, ya que requieren un periodo de crecimiento más largo. A la hora de elegir qué plantas hortícolas cultivar, busca aquellas que maduren rápidamente y no necesiten ser plantadas a demasiada profundidad, como la lechuga y los pimientos. Plántalas en zonas con pleno sol y riégalas con regularidad, pero sin excederte en el riego. Para evitar plagas y enfermedades, utiliza pesticidas naturales y mantén tu huerto limpio.
Un jardín de bajo mantenimiento sin añadir fertilizantes ni enmiendas al suelo
Para un jardín que requiera un mínimo de fertilizantes y enmiendas del suelo, querrás cultivar hortalizas que no necesiten mucha atención. Las judías, los rábanos, los guisantes, los espárragos y el ruibarbo son hortalizas de raíz ideales para este tipo de huerto, junto con verduras de hoja verde como la lechuga, la col rizada y las acelgas.
Algunas hierbas, como el cebollino, el perejil y la salvia, también crecen bien en este tipo de jardines. Tu suelo puede tener pocos nutrientes si hay malas hierbas, es duro y compacto. Para mejorarla, primero elimina las malas hierbas y luego añade compost y mantillo para mejorar la tierra y evitar que se compacte demasiado. Después, puedes añadir té de compost para enriquecer aún más el suelo.
EL DATO
Cultivar tus propios alimentos garantiza una mejor alimentación.